Feliz y sonriente, el pequeño no constituye ningún obstáculo para regresar con las compras a casa...
Ir de compras, sobre todo cuando hay niños pequeños, siempre es un problema.
Especialmente en el momento que una persona acude con la intención de conseguir artículos específicos, pero se anima por adquirir otros.
Es entonces, que vienen las complicaciones, no hay compañía, ni tampoco el coche para el bebé.
Tal como ocurre en la imagen que apreciamos. Ya se obtuvo todo lo deseado y es la hora de retornar a casa.
Hay que pensar en la mejor forma de hacerlo. En este caso, lo primero que vino a la mente de esta joven ama de casa fue agenciarse de una bolsa vacía.
Y proceder, sin mayores contratiempos, a introducir en ella al infante.
Por la sonriente cara que exhibe el inocente niño, no hubo ningún inconveniente en ser transportado de esa manera.
Fue una decisión correcta. ¡Todo es cuestión de idea…!
Especialmente en el momento que una persona acude con la intención de conseguir artículos específicos, pero se anima por adquirir otros.
Es entonces, que vienen las complicaciones, no hay compañía, ni tampoco el coche para el bebé.
Tal como ocurre en la imagen que apreciamos. Ya se obtuvo todo lo deseado y es la hora de retornar a casa.
Hay que pensar en la mejor forma de hacerlo. En este caso, lo primero que vino a la mente de esta joven ama de casa fue agenciarse de una bolsa vacía.
Y proceder, sin mayores contratiempos, a introducir en ella al infante.
Por la sonriente cara que exhibe el inocente niño, no hubo ningún inconveniente en ser transportado de esa manera.
Fue una decisión correcta. ¡Todo es cuestión de idea…!
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