La otra cara del famoso Circuito de Mónaco refleja el vértigo y la tranquilidad... (Efe)
Hoy se disputa el Gran Premio de la Fórmula 1 en el aristocrático principado de Mónaco, ubicado entre el mar Mediterráneo y Francia.
La prueba consta de un circuito que atraviesa las calles y avenidas de la ciudad de Monte Carlo, famosa por el casino del mismo nombre y los lujosos yates que adornan sus riberas.
Es la carrera más espectacular y peligrosa del mundo por las subidas, bajadas, vías estrechas y cerradas esquinas. También, una de las más antiguas.
La fotografía que acompañamos, fue captada por un reportero de la agencia Efe en la fase de las pruebas de clasificación de partida.
Es una vista coleccionable. Sólo para la recreación.
Combina únicamente dos elementos que tratamos de resumir a continuación en apenas algunas palabras comparativas.
La máquina y la bella, lo complicado y lo simple, el frío metal y la cálida naturaleza, la fugacidad y la pasividad, el ansia de triunfo y la melancolía, la acción y la quietud, el vértigo y la tranquilidad.
Pero carece de algo. La joven, que luce un apretado y diminuto bikini blanco, está sola. Muy sola. ¿Se animaría usted a acompañarla…?
Hoy se disputa el Gran Premio de la Fórmula 1 en el aristocrático principado de Mónaco, ubicado entre el mar Mediterráneo y Francia.
La prueba consta de un circuito que atraviesa las calles y avenidas de la ciudad de Monte Carlo, famosa por el casino del mismo nombre y los lujosos yates que adornan sus riberas.
Es la carrera más espectacular y peligrosa del mundo por las subidas, bajadas, vías estrechas y cerradas esquinas. También, una de las más antiguas.
La fotografía que acompañamos, fue captada por un reportero de la agencia Efe en la fase de las pruebas de clasificación de partida.
Es una vista coleccionable. Sólo para la recreación.
Combina únicamente dos elementos que tratamos de resumir a continuación en apenas algunas palabras comparativas.
La máquina y la bella, lo complicado y lo simple, el frío metal y la cálida naturaleza, la fugacidad y la pasividad, el ansia de triunfo y la melancolía, la acción y la quietud, el vértigo y la tranquilidad.
Pero carece de algo. La joven, que luce un apretado y diminuto bikini blanco, está sola. Muy sola. ¿Se animaría usted a acompañarla…?
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