Taxistas españoles lucen impecables a lado de sus modernos vehículos...
Aunque algunos piensen lo contrario, los taxistas constituyen la carta de presentación de una ciudad.
Por esa razón, es una obligación regular su circulación ahora que se avecina la celebración del Foro Asia Pacífico (APEC), evento en que Trujillo será una de sus sedes.
Aquí los usuarios estamos casi acostumbrados al vulgar comportamiento, mala forma de vestir y pésima manera de conducir de los choferes de taxi pero, quienes nos visitan, no.
El desorden se sustenta en la carencia de una guía que establezca los lineamientos del caso y exija su cumplimiento al máximo. Esa labor corresponde a la Municipalidad Provincial y a la Policía Nacional.
Por eso es oportuno mencionar la Guía del Taxista recientemente editada por la Asociación de Trabajadores del Taxi de Cartagena, ciudad ubicada en la región de Murcia, España.
El documento, que circula entre la población, contiene aspectos importantes y básicos, varios de los cuales tendrían directa aplicación en nuestro medio.
Sus consideraciones vertebrales, dirigidas a los conductores, se sustentan en los siguientes cinco puntos básicos:
1.- No hablar con el cliente, salvo que él inicie la conversación.
2.- Evitar dialogar sobre temas vinculados a la política y la religión.
3.- No usar “chanclas” o sayonaras, ni zapatillas o zapatos sin medias.
4.- Usar camisa de manga larga.
5.- Respetar el volumen del radio manteniéndolo a bajo nivel.
Todo es aplicable. Sin embargo, de acuerdo a nuestra realidad, habría que agregar que sean celosos con el aseo.
Significa ésto lucir el cabello cortado y limpio, la barba afeitada, extendiendo esta cualidad de pulcritud al interior y exterior de sus unidades.
Igualmente, prohibir el empleo de celulares o móviles mientras prestan servicio, así como evitar intercambiar palabras con los colegas de otros vehículos.
También, respetar al máximo las señales de tránsito, no sonar bocinas, ni sirenas y conducir a velocidad prudencial.
Tal vez sería mucho pedir, pero tampoco debe descartarse vestir con corbata, saco, gorra y guantes blancos, tal como ocurre en las grandes urbes.
A lo mejor parece una utopía, pero es mejor aspirar a más, proponernos ser cada vez mejores para intentar, tal vez algún día, llegar a serlo.
Después de todo, Trujillo, sus habitantes y los mismos turistas, se lo merecen…
Aunque algunos piensen lo contrario, los taxistas constituyen la carta de presentación de una ciudad.
Por esa razón, es una obligación regular su circulación ahora que se avecina la celebración del Foro Asia Pacífico (APEC), evento en que Trujillo será una de sus sedes.
Aquí los usuarios estamos casi acostumbrados al vulgar comportamiento, mala forma de vestir y pésima manera de conducir de los choferes de taxi pero, quienes nos visitan, no.
El desorden se sustenta en la carencia de una guía que establezca los lineamientos del caso y exija su cumplimiento al máximo. Esa labor corresponde a la Municipalidad Provincial y a la Policía Nacional.
Por eso es oportuno mencionar la Guía del Taxista recientemente editada por la Asociación de Trabajadores del Taxi de Cartagena, ciudad ubicada en la región de Murcia, España.
El documento, que circula entre la población, contiene aspectos importantes y básicos, varios de los cuales tendrían directa aplicación en nuestro medio.
Sus consideraciones vertebrales, dirigidas a los conductores, se sustentan en los siguientes cinco puntos básicos:
1.- No hablar con el cliente, salvo que él inicie la conversación.
2.- Evitar dialogar sobre temas vinculados a la política y la religión.
3.- No usar “chanclas” o sayonaras, ni zapatillas o zapatos sin medias.
4.- Usar camisa de manga larga.
5.- Respetar el volumen del radio manteniéndolo a bajo nivel.
Todo es aplicable. Sin embargo, de acuerdo a nuestra realidad, habría que agregar que sean celosos con el aseo.
Significa ésto lucir el cabello cortado y limpio, la barba afeitada, extendiendo esta cualidad de pulcritud al interior y exterior de sus unidades.
Igualmente, prohibir el empleo de celulares o móviles mientras prestan servicio, así como evitar intercambiar palabras con los colegas de otros vehículos.
También, respetar al máximo las señales de tránsito, no sonar bocinas, ni sirenas y conducir a velocidad prudencial.
Tal vez sería mucho pedir, pero tampoco debe descartarse vestir con corbata, saco, gorra y guantes blancos, tal como ocurre en las grandes urbes.
A lo mejor parece una utopía, pero es mejor aspirar a más, proponernos ser cada vez mejores para intentar, tal vez algún día, llegar a serlo.
Después de todo, Trujillo, sus habitantes y los mismos turistas, se lo merecen…
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