martes, 5 de mayo de 2015

MALTRATO ANIMAL: ¡UNA OMISIÓN IMPERDONABLE…!

La ley de maltrato animal obvió aspectos importantes...

Hace unos días, la comisión de Ambiente y Ecología del congreso aprobó el proyecto de ley que impone cinco años de cárcel a quien maltrate o mate a un animal doméstico o en cautiverio.
            
La iniciativa modifica dos artículos del Código Penal y establece que tales actos de crueldad se castiguen con uno y dos años de cárcel.
             
En caso de muerte, la pena será ampliada a tres y cinco años de prisión. El dictamen otorga facultades a los gobiernos regionales y locales en crear albergues para los canes y gatos abandonados.
            
Asimismo, les sugiere trabajar de manera coordinada con las asociaciones protectoras de animales.
             
Hasta allí todo está muy bien. Sin embargo, los gestores de la iniciativa legislativa olvidaron por completo la otra cara de la medalla.
             
Nos referimos a los propietarios de los animales domésticos que, luego de quedar bajo su custodia, dejan de ser atendidos.
             
Son numerosas las familias que al comienzo, por una u otra razón, se encariñan con las mascotas, pero con el tiempo se les va la ilusión.
            
¿Es correcto que contra esas irresponsables personas no exista ninguna sanción…?
             
De otro lado, la gran mayoría, por no decir todos, utilizan los jardines del vecindario y los parques públicos como servicios higiénicos de los animales.
            
Incluso han establecido horarios. En las primeras horas de la mañana, después del mediodía y al atardecer.
             
Se burlan así de las autoridades y la ciudadanía atentando contra el bienestar de los moradores de la zona.
             
Como se sabe ellos, con todo derecho, acuden a las plazuelas con sus niños para recrearse y tomar aire puro.
             
Recordemos que las mascotas son portadoras de pulgas, garrapatas parásitos y otros bichos  que representan un gravísimo peligro para el ser humano.
           
Y. contra lo que se pueda suponer, llevarlos al veterinario, clínicas especializadas y bañarlos, no suele ser una costumbre, ni preocupación para sus dueños posiblemente porque eso significa un gasto.
            
 A esas personas, los creadores de la ley del maltrato animal, no los han considerado para nada lo que constituye un gran error.
             
Peor aún, tampoco se han señalado las penas para los propietarios de perros que muerden a los peatones.
           
 Justo hace unas semanas, un colega periodista trujillano sufrió el desgarro de parte del muslo a causa de una mordedura que lo llevó hasta el hospital.
             
En estos casos, la situación se complica cuando se trata de canes callejeros o los dueños rehúyen cualquier responsabilidad.
             
Ese aspecto, de importancia vital para la colectividad, careció de validez a la comisión de Ambiente y Ecología en el momento de elaborar la ley del maltrato animal. ¡Una omisión imperdonable…!

No hay comentarios: