lunes, 16 de noviembre de 2009

¡VIOLENCIA EN LOS ESTADIOS Y EQUIPOS DÉBILES…!


Las barras bravas constituyen un peligro para la sociedad. Pero apoyan a equipos que no le ganan a nadie...



Un domingo por la tarde caminaba con mi esposa por las inmediaciones del estadio Mansiche de Trujillo.

Al llegar a una esquina, dos policías nos detuvieron y uno de ellos dijo:

-- Señores, mejor regresen y vayan por la otra calle porque por aquí va a pasar la barra de un equipo que ha venido de Lima y les puede ocurrir algo.

Antes de obedecer, miramos al fondo y logramos distinguir una verdadera turba provista de banderolas, palos y otros elementos, lanzando fuertes gritos y silbidos.

Entonces, con mayor rapidez, cambiamos de camino y continuamos con dirección al centro de la ciudad.

La oportuna advertencia, impidió que logremos encontrarnos con los exaltados jóvenes.

Sobre su comportamiento, todos lo conocen. En la capital atropellan a la gente que encuentran a su paso y destrozan los vidrios de las viviendas y vehículos.

Si su equipo gana, actúan festejando la victoria y, si pierde, por la rabia contenida debido a la derrota.

Hace unas semanas, uno de los barristas arrojó violentamente a una joven, que falleció por el impacto, de un vehículo de transporte público en movimiento.

En otras ocasiones, el grupo comete semejantes atropellos escudado en el anonimato y la equivocada protección de los dirigentes deportivos.

Sin embargo, todo cambiará cuando el Congreso apruebe el proyecto de ley que obliga a los clubes al empadronamiento oficial de sus aficionados.

Sólo pertenecerán a las barras los mayores de dieciocho años identificados con la copia legalizada de su DNI, verificación de domicilio y certificados negativos de antecedentes policiales y judiciales.

Los mayores de dieciséis años, deben presentar un documento que acredite la autorización de sus padres.

Los cuadros profesionales, por su parte, identificarán a sus asociados mediante un carné institucional.

Con estas medidas se piensa terminar con la violencia en los estados y fuera de ellos generada por gente que altera el orden público convirtiéndose en una amenaza para la sociedad.

Pero, para ser sinceros, debemos reconocer que los equipos peruanos de fútbol ni siquiera con las exaltadas manifestaciones de sus hinchas, logran impactar en el ámbito internacional.

Sólo ganan y golean a los elencos nacionales. Hace más de diez años que nos eliminan apenas en la primera ronda de la Copa Libertadores.

Entonces, se demuestra que tantas fechorías, destrozos y alboroto, no sirven absolutamente para nada…

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