Víctor Hugo Paredes
mostrando Satélite en una de sus últimas fotos...
Estaba ayer con Carmen Rodríguez
Luján, redactora de Satélite, en la Cámara de Comercio de La Libertad.
Antes que empezara el acto de las
MYPES, habíamos hablado de Víctor Hugo Paredes y coincidimos en respetar
algunas decisiones suyas.
Casi al terminar, me llamó a un lado
para darme la infausta noticia. Salimos. Yo regresé y Bernardo Chico Balarezo
al verme, me preguntó que posiblemente aún no me reponía
-- Es que me parece mentira, le contesté. Acudí al diario y en la
puerta, me confirmaron lo que nunca esperé escuchar.
Víctor Hugo, para mí, era más que un
amigo. Nos conocimos casi toda la vida. Yo era redactor de La Industria cuando
se fundó Satélite.
Meses después, llegó al vespertino
invitado por Lorenzo Kcomt Kooseng. Parecía un chiquillo, pero ya tenía la
experiencia de haber laborado con Orlando Sánchez Castro en América Televisión.
Pronto se convirtió en el brazo
derecho del “Chino Loli”, como le decíamos a Lorenzo, quien después me llamó.
Y cuando Kcomt dejó la dirección, la
asumió Víctor Hugo en tal forma que no se notó el cambio. Al contrario, con el
tiempo, subió el tiraje.
Por razones laborales viajé al
extranjero. Al retornar, colaboré en un diario local y La Industria, donde me
inicié en la década del sesenta.
Víctor Hugo con Satélite en
las manos. Toda su vida la dedicó al vespertino...
Corría el 2007 cuando me encontré
con Víctor Hugo y sus primeras palabras fueron:
--
Tú eres de Satélite y tienes que escribir para nosotros.
-- Muy bien. No hay ningún problema, respondí.
Y empecé a publicar en la sección
editorial y elaborar una que otra página especial.
En el 2011, con motivo de las
eliminarías al Mundial Brasil 2014, escribí una nota de los goles de Guerrero
con los que Perú ganó a Paraguay.
Con la visión que solo él tenía, me
pidió redactar una columna de comentarios sobre fútbol que se publica hasta
ahora.
A fines de setiembre del año pasado,
le manifesté que quería escribir un artículo especial por su cumpleaños.
Quiero hacer algo singular, le
expliqué. Vinculado a tu vida y Satélite, indicando que era otro de sus
“hijos”.
-- Eso sí, sentencié, yo quiero
tomarte las fotos.
Aceptó, solo me pidió incluir a
Víctor Hugo Jr, Luis Jansen y Shirley Vanessa, sus descendientes naturales.
Allí me contó su deseo de hacer un
libro sobre su vida periodística y su paso de más de medio siglo como director
del vespertino.
El artículo con varias fotos, que
fue su última entrevista, se tituló “Víctor Hugo Paredes y Satélite. El “hijo”
que nace todos los días”
La desaparición de Víctor Hugo fue
premonitoria. Nos enteramos luego de cerrar la edición de ayer, como si no
quisiera interrumpir la labor diaria.
Con anticipación se había mandado
oficiar anoche una misa y el radiante sol de la mañana se escondió por la tarde
para rendirte homenaje.
Como lo exige el trabajo
periodístico. Parece que él todo lo hubiese planificado.
Al final diré como el poeta. Víctor
Hugo se ha ido. Se nos ha ido.
Pero, ya estaremos nuevamente
juntos. Escribiendo como siempre entre sonrisas. Formando palabras con las
nubes y las estrellas para que nos lean los custodios del Señor.
Y ¿Sabes una cosa…? Ningún silencio
borrará tu recuerdo….
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