Paolo Guerrero yerra el penal. Iban cero a cero...
Tres victorias consecutivas de la
selección peruana ante adversarios de poca monta nos llenaron de cierta ilusión.
Con la incorporación de algunos
jóvenes para alternar con los ya conocidos pensábamos, hasta ayer, que teníamos
equipo.
Chile nos despertó anoche del sueño.
Nos hizo volver a la realidad. Estamos igual o, tal vez, peor. ¿Tenemos
entrenador…?
El Clásico del Pacífico despertó
expectativa. Desde días atrás se comentaba sobre el choque entre ambos rivales
tradicionales.
Y ese ambiente se trasladó a
Valparaíso donde, hasta los primeros minutos, hubo una interesante competencia
de barras en las tribunas.
Fue un comienzo movido y de
intensidad de parte de uno y otro. Con oportunidades en las dos vallas.
Perú tuvo ocasión de ponerse
adelante con un penal que, lamentablemente, falló Guerrero cuando lanzó al
costado del palo izquierdo del meta Bravo.
Dicha acción cambió el panorama del partido. La
bicolor perdió la seguridad y confianza que había mostrado hasta entonces.
Más tranquilos, los mapochinos
empezaron a tocar con rapidez causando desconcierto en la retaguardia nacional.
Como resultado del impulso sureño
llegó el primero para Chile. No pasaban diez minutos de ese desliz y vino el
segundo.
Las cosas se complicaron aún más con
la expulsión de Cruzado por un codazo a Medel. Y esta clase de ventajas en el
fútbol son letales.
Carrillo, con Bravo vencido, eleva el balón. Ya iban dos a cero. Luego vendría el tercero...
Antes de los diez del segundo
tiempo, la estrella solitaria consolida la goleada que desnudó todas nuestras
falencias.
Esta confrontación exteriorizó
serios errores de coordinación y contención en la zaga y el mediocampo que
adoleció de apoyo para ir adelante.
Preocupa el descontrol emocional que
mostraron los experimentados Paolo y Zambrano en momentos que se necesitaba
cabeza fría.
Eso y otras fallas deben corregirse
en el once peruano si aspira cumplir un buen papel en la Copa América que se
juega el año entrante justamente en Chile…
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