Jugadores de la Vallejo corren alegres luego del penal que les dio el pase a los cuartos de final de la Copa Sudamericana...
Lo dijimos. Difícil es para una
escuadra peruana jugar dos competencias futbolísticas simultáneas.
Mucho más, si una de ellas es de primer
orden, de nivel internacional. Donde, cada vez que se avanza, las exigencias
son mayores.
El estado físico y sicológico
terminan por ser afectados y los resultados no son los que todos quisiéramos.
Lo experimentó en carne propia la
Universidad César Vallejo el último sábado ante un Cristal con todas sus
figuras.
Centrado en el lance del miércoles
ante el Atlético Nacional por los cuartos de final de la Copa Sudamericana,
Navarro envió al campo medio equipo alterno.
Y la pagó caro. Recibió la goleada
más dura de la presente temporada.
A pesar del amor propio demostrado
por varios titulares que se dieron íntegros para evitar una catástrofe.
Debiendo considerarse también el
despliegue de varios chicos “poetas” que debutaron en Lima ante un “grande” del
fútbol incaico.
Porque cuando Franco decidió los
relevos se pensó, como en anteriores oportunidades, que entrarían los ya
conocidos y no fue así.
Prefirió sacrificar los tres puntos de
la novena fecha del torneo Clausura aunque le quedan dos partidos pendientes.
Es que a las puertas está el
compromiso más serio de la historia de la UCV. Algo inédito. Que ni siquiera lo
tuvo en la competencia nacional.
Tiene carácter continental. La
jornada será observada por millones de aficionados que se conecten a las
cadenas televisivas del mundo.
Durante el choque, narradores y comentaristas
mencionarán que el club estudiantil es de Trujillo y pasarán imágenes de
nuestra ciudad.
No solo eso. Dirán que es el único
representante peruano en competencia que ha llegado a esa expectante fase del
certamen.
Los otros tres, incluyendo al actual
puntero Alianza, fueron eliminados solo en la primera etapa. Y ya estamos en la
cuarta.
¡Vamos muchachos…! ¡Fuerza Vallejo…!
¡Saquen la cara por el Perú…!
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