Ya disparó Lomba y Libman desvía a un costado. Fue la atajada del triunfo...
Final de infarto. Tuvo que irse a la
extensión máxima. Los disparos de penal.
Y ganó la Universidad César Vallejo.
Pasó a los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
Está entre los ocho mejores equipos del continente en esta competencia.
El cuadro local debía afrontar anoche
un reto muy difícil. Remontar los dos
goles que el Bahía le convirtió en Brasil.
Y empezó jugando en Mansiche con esa
tónica, pero las cosas no salían por ningún lado.
Durante la primera fracción se lanzó
al ataque y el apresuramiento los llevó a cometer errores o dejarse arrebatar
el balón por la visita.
Los cariocas vinieron a defender la
diferencia y aprovecharon el nerviosismo de los “poetas” para jugar tranquilos.
La segunda etapa se repetía el
panorama y se añadió un nuevo enemigo por vencer. El tiempo que en cada acción se
acortaba.
Pando, el goleador y Chávez no
estuvieron finos. Chiroque desbordaba,
sin embargo le faltaba el puntillazo final.
Faltando veinte minutos para bajar
el telón, Navarro arriesga todo. Saca a Rostaing e ingresa Tejada.
Debilita la retaguardia para reforzar
el ataque. Ganar o perder es la voz. “No queda otra. Pero luchemos por lo
primero”, dijo.
El relevo dio resultado. La zaga
brasileña comenzó a pasar más apuros y situaciones difíciles.
Faltaban solo siete minutos y
Quinteros anota. Por primera vez se escucha el aliento que aspiran sus
dirigentes: “¡Vallejo, Vallejo…!”, seguido del clásico grito “¡Si se puede…! ¡Si
se puede…!”
Y se pudo. A segundos del final
Chiroque empata y Trujillo, por primera vez, observa los veinte disparos de
penal que sellaron la histórica jornada.
Varios jugadores naranjas no la introducen,
Parece que la victoria se esfuma. Sin
embargo, Libman, uno de los héroes del partido, ataja cuatro.
La escuadra estudiantil avanza en el
torneo. Ahora espera el resultado del Nacional de Colombia contra Vitoria de
Brasil de donde saldrá su próximo rival.
Por lo hecho hasta ahora. ¡Gracias, Vallejo…!
Por lo hecho hasta ahora. ¡Gracias, Vallejo…!
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