Vallejo adelantó con el gol de Pando, luego recibió tres...
Esa debe ser la pregunta que se hace
hoy el aficionado luego de la derrota de la Universidad César Vallejo ante el
Sport Huancayo por tres a uno.
Resultado inesperado si se tiene en
cuenta que solo cuatro días atrás había logrado la hazaña de vencer al Bahía de
Brasil y pasar a los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
Ante esa buena actuación, es difícil
aceptar que un equipo pueda cambiar tanto entre un encuentro internacional y
otro del Clausura.
Peor aún si el elenco andino afronta
serios problemas en la tabla del acumulado donde trata de desprenderse de los
últimos lugares para no descender.
Aquí la respuesta. Tal como sucedió
en los anteriores compromisos de la oncena local, Navarro debía dar cierto
reposo a algunos titulares.
La única manera de hacerlo es
alineando a los muchachos de la banca para darles la oportunidad y mantenerlos en
ritmo competitivo.
Por eso estuvieron en el gramado
Guadalupe, Kahn, Vega y otros más.
Hay que reconocer que en anteriores
jornadas, este sistema de alternancia dio resultado. Ayer, no funcionó.
Aunque existe la experiencia de haber
jugado similares confrontaciones en la sierra peruana, esta vez la altura les pasó
la factura.
Otra de las razones del revés es la
doble exigencia que tiene la UCV en los dos últimos meses.
Participar activamente en un torneo
continental y, en simultáneo, el campeonato nacional, es para morirse. Sobre
todo porque no hay costumbre. Y, a veces, el estado físico se resiente.
Claro que triunfar, escalar
posiciones, adquirir prestigio y dinero nunca caen mal. Sin embargo, en
ocasiones, se paga de esta manera.
Habría que añadir otro elemento en
contra que influyó en el desliz dominguero.
Es el factor sicológico del
adversario, que se esmera y esfuerza para ganarle al plantel que llega a su
tierra cargado de prestigio.
Son cosas del deporte, del fútbol.
Ahora solo queda mirar para adelante con la firmeza y la confianza de siempre.
¡Arriba Vallejo…!
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