Plaza de armas de la ciudad de Trujillo, Perú....
Escasas
son las oportunidades que las autoridades o altos ejecutivos aceptan ser entrevistados
personalmente en programas radiales.
Por
esa razón, nos detuvimos a escuchar La Hora del Alcalde, cuando Miguel Urbina
anunció la visita del gerente municipal Luis Valdez Farías.
Mucho
más si, por propias palabras del burgomaestre, es una de las posibles cartas de
su partido para postular al gobierno de la ciudad en los comicios del año
entrante.
Otro
motivo. Era víspera del día de la madre y el alcalde César Acuña Peralta había
enviado tres canastas para ser sorteadas entre las mamás oyentes.
Lógico.
Las llamadas no se hicieron esperar. Aunque tampoco fueron desechados los
reclamos o pedidos de la ciudadanía.
Entre
estos últimos, alguien se quejó que el agua potable salía turbia en el
vecindario de una zona urbana.
De
inmediato, se escuchó que Valdez contactaba
con el responsable de Sedalib, quien contestó en el acto.
Al
aire, dio las explicaciones del caso en el sentido que, según los estudios de
Chavimochic, que vende el líquido, no era perjudicial para la salud.
Siguió
una madre de familia que alertaba sobre un añoso árbol que corría el peligro de
caerse, cerca a un jardín de la infancia, en la urbanización Santa María.
En
la misma tónica, tomó el celular y llamó al jefe del SEGAT. Mientras, aseguraba
a la señora que esa mañana sería derribado.
Igual.
Respondió como un rayo. Refirió que tenía conocimiento del caso, pues estaba
sintonizando la emisora. Eso sí, remarcó, será cortado el lunes. (El gerente
había olvidado que era sábado).
Después,
con habilidad y sin exaltarse, enfrentó a un oyente que habló contra la
gestión, invitándolo incluso acudir a su despacho.
Luego
se sortearon los presentes ofrecidos por Acuña, siendo favorecidas madres de La
Esperanza, La Perla y Salaverry.
Ese
día, quedó en evidencia la importancia de la capacidad de ejecución de un
gerente que decidió salir en directo con el riesgo que eso representa.
Fue
una buena jornada. Valdez se coronaba y cerraba la entrevista con broche de oro
si regalaba a las madres, por lo menos, dos
canastas de su parte…
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