La marinera además de su música tiene una letra que destaca la tradición de nuestra tierra y su gente...
Trujillo vive en estos días una de sus más celebradas fiestas, el LIII Concurso Nacional de la Marinera que organiza el Club Libertad.
Miles de turistas nacionales y extranjeros nos visitan con el vivo interés de participar o espectar el tradicional certamen.
La actual edición tiene el aliciente de volver al coliseo cerrado Gran Chimú, su acogedor y acostumbrado escenario.
Una de las características más resaltantes de la marinera es la vistosidad de los movimientos que ejecuta la pareja.
Empatía, compás, habilidad, destreza, salero, sincronización, agilidad y muchas condiciones físicas y mentales más, son indispensables para estar en condiciones de bailarla.
Todo ello al ritmo de la banda de músicos que emite una melodía con la integridad de sus instrumentos y ejecutantes
Con esos atractivos el ambiente propicio se llena de emoción, alegría y entusiasmo indescriptible.
Sin embargo, esta danza con su magnificencia y esplendor, no solo se reduce al baile y la música. También tiene una letra que embeleza.
Y los versos escritos por connotados compositores poseen un mensaje propio de nuestra tierra y su gente.
Tal como lo demuestra el tema “De Trujillo soy señores” de la inspiración de Carlos Alva Centurión, hermano del entrañable Héctor, con quien compartimos años inolvidables en la redacción del diario La Industria durante la década del sesenta.
Se trata de un excepcional himno que exalta los valores de nuestra ciudad y de quienes hemos tenido la suerte de nacer aquí. A continuación una apretada muestra de lo que expresamos:
“De Trujillo soy señores
y he nacido por mi bien,
cerca de la plaza de Armas
y el hospital de Belén”.
O la evocación de nuestros antecesores:
Huacas del Sol y la Luna,
viejas ruinas de Chan Chan,
ya llego, se alegrarán,
ya vuelve mi alma a su tierra.
Y nuestra envidiable gastronomía:
Ya voy cebiche y cecinas,
ya voy shambar sin igual,
ya voy cabrito con yucas,
cómo me voy a gozar…
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