martes, 14 de abril de 2009

¡TODO ESTÁ CONTROLADO…!


Dos jóvenes juegan con el peligro ante un público sorprendido en la calle de una ciudad China... (Reuters)

Provista de patines, con ambas manos arriba y una cinta alrededor del pescuezo que también rodea el cuello de su amiga, esta joven gira y gira sobre sí misma.

Cada vez lo hace más fuerte. Imprime mayor velocidad ante la mirada expectante de los peatones que han detenido su marcha para observarlas.

Al movilizarse, origina que la muchacha se eleve varios centímetros sobre el suelo y su seguridad penda únicamente de la destreza de su compañera.

Sin duda, se trata de una prueba de peligro, patentizada en el asombrado rostro de los adultos, jóvenes y niños que rodean el espectáculo. La mayoría provistos de bicicletas.

Un movimiento en falso. Una parada brusca y ocurre una desgracia. Dios quiera que no pase nada.

Unos metros más allá, un lavatorio de aluminio vacío aguarda silencioso el sonido que produzca una moneda de yuan o renmin al ser depositada por algún caritativo espectador.

Es la exhibición popular y gratuita que se presenta a diario en una calle de las tantas ciudades de China.

Las protagonistas son dos estudiantes pobres que demuestran su habilidad, jugando con el peligro, por un poco de dinero para costear sus estudios superiores.

Muy parecido al que ofrecen los jóvenes peruanos ubicados en la convergencia de las grandes avenidas, cuando el semáforo está en rojo.

Ellos ejecutan impresionantes volteretas y malabares elevándose del asfalto, en pos de una propina de parte de los pilotos y pasajeros.

Lo que obtengan, tal vez no sea para estudiar, pero si para comprar unos panes o dulces y llevarlos a casa.

Muchos realizan esas y otras difíciles demostraciones en las esquinas de los centros poblados importantes del país.

Es una cara casi desconocida de la ciudad que es conveniente resaltar, porque también forma del conglomerado humano nacional.

Una realidad triste y riesgosa, pero que debe cumplirse. Porque en casa siempre hay alguien que espera impaciente…

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