sábado, 15 de marzo de 2008

¡YO DERRIBÉ A SAINT-EXUPÉRY…!

La obra cumbre y su autor. Recién se conocería al piloto que derribó su avión en plena Segunda Guerra Mundial...

Era un día tranquilo. El cielo estaba despejado y había que cumplir la misión de reconocimiento aéreo encomendada.

El calendario marcaba 31 de julio de 1944, plena época de la Segunda Guerra Mundial, en la base aliada de la isla de Córcega, en el mar Mediterráneo.

Antoine de Saint-Exupéry, piloto francés, se encaminó hacia su avión Lighning P-38, lo abordó, como siempre solo. Y levantó vuelo.

Cruzando una nube tras otra, evocaba los garabatos que complementaron su pequeño libro El Principito, considerado actualmente como una de las grandes obras de la literatura universal.

Estaba por terminar la tarea encomendada cuando apareció una nave enemiga lanzándole numerosos disparos.

Varios proyectiles impactaron sobre el fuselaje, motor y alerones. Antoine perdió el control y se precipitó al mar.

Jamás regresó a su base. Más tarde se hizo constar en el reporte de vuelo: “Desaparecido en misión”.

Corría el año 1998 cuando un pescador encontró, enredada en sus redes, la pulsera de Saint-Exupéry.

Seis años más tarde, frente a las costas de Marsella, se hallaron los restos de lo que sería su aeroplano. El caso nunca llegó a esclarecerse por completo.

Hace dos días, el diario europeo La Provence, publicó las declaraciones de Horst Rippert, ex piloto alemán, de ochenta y ocho años, quien declaró haber abatido el avión de Exupéry.

Sus expresiones se sustentan en las investigaciones de dos franceses, un submarinista y un experto en la búsqueda de aviones desaparecidos durante la guerra.

El antiguo aviador de la Luftwaffe describe en su relato que dirigió varios disparos contra el avión galo y lo vio caer sobre las aguas sin constatar lo que ocurrió con el piloto.

También declaró que, antes del conflicto, había leído las obras de Antoine.

Cierto o no. Lo evidente es que El Principito se ha convertido en un verdadero best seller.

Igualmente, que la leyenda de Saint-Exupéry se acrecentó con su viaje sin retorno. En cumplimiento de lo que sería su última misión en la inmensidad del firmamento…

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