jueves, 24 de septiembre de 2015

UN GRATO RECUERDO: ¡DIÁLOGOS CON VÍCTOR HUGO…!

 
Víctor Hugo Paredes en una sugerente imagen captada por Prensa Virtual Trujillo hace un año...

El 27 de setiembre es una fecha especial para SATÉLITE. Era el onomástico de Víctor Hugo Paredes, su director de más larga trayectoria.
             
Cada año, en el almuerzo conmemorativo, se reunían las autoridades, el equipo completo de nuestro vespertino y sus amigos. Esta vez, ya no está con nosotros y elevaremos una oración en su memoria.
             
Característica particular del ex conductor de este periódico era su seriedad y responsabilidad combinadas con su carácter afable, bromista y risueño.
             
Ahora no está, pero ha quedado su estilo, la estructura y la confraternidad que generó entre nosotros.
             
Hoy lo evocamos mediante algunos diálogos sostenidos con el autor de esta nota que quedaron como evidencia para recordarlo toda la vida.
             
Había regresado a Trujillo luego de una prolongada estadía en el extranjero y, pasados unos meses, decidí colaborar con artículos de opinión en un diario local.
             
Un día, me encontré con Víctor Hugo en una calle del centro y nos saludamos con la lógica efusión de dos amigos que no se veían durante años.
             
Conversamos apenas unos cuantos minutos e interrumpió todo para reclamarme:
             
-- Mira Freddy. Tú eres de SATÉLITE y tienes que escribir en sus páginas. Tu “pluma” es de nuestro vespertino.
             
“La pelota desinflada”, referido a la goleada de cinco a uno que le infringió Ecuador a Perú en noviembre del 2007, fue mi primer artículo.
             
En otra oportunidad, analizando las preferencias de los lectores de la región,  destacó una verdad irrefutable:
             
-- Lo que más me gusta es que estamos bien en las ventas. SATÉLITE es el periódico del pueblo. Tiene un público cautivo. La gente lo busca con avidez todas las tardes. Ese es nuestro mejor soporte.
             
Más tarde, motivos particulares y otras ocupaciones me impidieron enviar algunas notas a su correo electrónico.
            
Transcurridas unas semanas, mientras almorzaba con mi esposa y mi hijo en el restaurante San Francisco de Miguel Ganoza,  ingresó Víctor Hugo.   

Estaba acompañado por los redactores del diario Paúl Acevedo Gutiérrez, actual director encargado, Danitza Sáenz y Genaro Cuyate. Al verme, alcanzó a pronunciar:
             
-- Freddy, no nos olvides… te estamos esperando…
             
Víctor Hugo nunca se cansó de estimular al esforzado grupo que trabajaba en su entorno. Con frecuencia tenía una palabra de aliento para cada uno de ellos.
             
Dejé de escribir otra vez durante algunos días. No esperó más. Una noche sonó el teléfono de mi casa y se suscitó el siguiente diálogo:
             
-- Aló, buenas noches.
             
-- Aló, buenas noches. Hola Freddy, habla Víctor Hugo, ya no envías tus notas. ¿Qué pasa…? ¿Se te ha acabado la cuerda…?
            
-- ¿Estás loco…? La cuerda solo se me acabará cuando no tenga fuerzas para escribir...           

No hay comentarios: