Enrollada en sí misma,
emerge de una ventana esta bandera..
Una vez más, el Perú entero celebra
las Fiestas Patrias.
En la capital, los acontecimientos
de mayor resonancia constituyen el mensaje presidencial a la nación y la gran
parada militar.
Por su parte, en las ciudades del
interior destaca la sesión solemne en los municipios, así como los desfiles escolar y de las fuerzas armadas.
Mientras una está encerrada,
la otra flamea alegre al viento...
La evocación de la gesta libertadora
en la población se manifiesta mediante la tradicional colocación de la bandera
en el frontis de las casas.
Se trata de uno de los símbolos
representativos de la Patria a lado del escudo, la escarapela y el himno
nacional.
Nuestro emblema está confeccionado sobre
la base de los colores rojo y blanco.
Según algunos historiadores, el
primero alude a la sangre derramada por los mártires y héroes que lucharon y se
sacrificaron en defensa del país
Un viento fuerte y bandera
al suelo…
El albo se identifica con la
libertad, la justicia, la paz y la pureza de sentimientos. Aquellos de los que
tanto adolece la sociedad peruana.
Para verificar el cumplimiento de
esta obligación cívica y municipal, SATÉLITE hizo un breve recorrido por el
centro histórico de Trujillo.
Recorrimos las calles del damero de
las nueve cuadras. Y encontramos sugerentes escenas. Dignas de resaltar por la
ocurrencia, improvisación, desinterés o ignorancia.
Como el caso del símbolo patrio que
se pierde dentro su pequeñez en relación al edificio que lo exhibe.
El mástil desnudo. Su amiga
lo mira de reojo y sonríe...
Otro, donde nuestra bandera está, inevitablemente,
a punto de caer y estrellarse contra el piso porque no hubo el cuidado de
reforzar su base.
Mientras que un emblema emerge
furtivamente desde una ventana, hay otro que muestra su tristeza encerrado
dentro de los rígidos barrotes de un balcón.
Por coincidencia, en esa misma
imagen se observa en lo alto a una “amiga” suya que, sonriente, flamea ondulante
a los cuatro vientos.
No faltó el mástil que quedó
solitario, sin su “compañera”, avergonzado de su desnudez, ante la indiferencia
u olvido del propietario de la vivienda.
La bandera no autorizada
y… al revés...
Pero, en ocasiones, el entusiasmo y
el desconocimiento hacen cometer errores. Como el vecino que, en un exceso,
colocó la bandera no autorizada, con el escudo al revés (?).
La realidad demuestra que no todos
los trujillanos cumplen con honrar como es debido a la Patria en la fecha más
importante de la nacionalidad
.
Concluimos que, aunque parezca
intrascendente, en estos días patrios las banderas nos trasmiten desde arriba un
silencioso y hasta indescifrable mensaje…
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