martes, 4 de febrero de 2014

UN CONSEJO: ¡GASTE MENOS DE LO QUE GANA…!



Las tarjetas de crédito son importantes, pero hay que utilizarlas con cautela...

Las encuestas no se detienen. Invaden todos los aspectos de la vida de los seres humanos. Lo bueno es que, en ocasiones, nos dan lecciones.
             
Como el sondeo que acaba de realizar la empresa Ipsos Mori sobre la capacidad de los peruanos para cumplir con sus compromisos de pago.
             
La investigación revela interesantes datos. Como que el cuarentaidós por ciento ha incrementado sus compras en los últimos cinco años.           
             
Adquisición de viviendas, vehículos, electrodomésticos y muebles son las principales preferencias de los compradores.
            
Además, que mientras el treinta y cinco por ciento viaja durante las vacaciones, el cuarentaidós por ciento almuerza o cena fuera de casa.
             
Consecuencia inmediata de esas inversiones  es el riesgo de ingresar al grupo de personas endeudadas.
            
Todo esto se relaciona, en forma directa, con el uso de las tarjetas de crédito o hipotecas que ha aumentado a ritmo constante desde el 2005.
             
Hay que reconocer que, muchas veces, por imitación o el equivocado criterio de aparentar o no ser visto menos que los demás, se abusa del llamado “dinero plástico”.
             
Es importante destacar que la tarjeta es una valiosa ayuda, pero siempre que se asegure que hay dinero suficiente para pagar lo que se adquiere.
             
Sobre el particular, la investigación permitió establecer que en el Perú existen familias que han llevado  sus finanzas al límite permitido.
             
Sin embargo, en torno a esta misma problemática, el caso más patético está dado por los grupos familiares que se exponen al máximo.
             
En algunas personas, el consumismo llega al extremo de quedar como atrapados y, casi por impulso, adquieren artículos innecesarios.
             
Aquí se ajusta aquella frase que dice: “No compres lo que no necesites, porque cuando quieras algo con urgencia, no tendrás dinero para adquirirlo…”
            
O el consejo de Benjamín Franklin cuando sostiene: “Cuida los pequeños gastos. Un minúsculo agujero hunde un barco…”
            
Dentro de aquellos están los que no solo invierten sus recursos disponibles, sino que piden prestado para gastar. Eso, es el colmo. Pero se da en nuestro medio.
            
Lo correcto es sustraerse a la tentación y no dejarse atrapar por todo lo que nos ofrecen las agresivas campañas del mercado.
             
A pesar de ello existe una receta mágica orientada a liberarnos de esta clase de situaciones que hasta pueden originar desgracias.
             
La proporciona el escritor italiano Cesare Cantú cuando sugiere a las mentes receptivas: “Gaste siempre una moneda menos de lo que gana…”    

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