La escena lo dice todo. Pero, en el Perú, más vale el aumento a los ministros...
Lo que son las cosas en el Perú.
Mientras los ministros defienden su aumento hasta con los dientes, los locales
de muchos centros educativos, adolecen de serias deficiencias.
En la cita que tuvo el ministro de
Economía en el congreso, ratificó el dispositivo que duplica el sueldo de los
jefes de cartera y altos funcionarios.
La norma, calificada de
discriminatoria e impopular, ha generado la oposición de la colectividad en
pleno.
El manifiesto reclamo ciudadano no
se ha limitado a las palabras. No. El pueblo ha salido a las calles a expresar
su rechazo ante la indignante medida.
No obstante, los propulsores se mantienen en su posición apoyándose en una sorpresiva reforma del estado
basada en la meritocracia.
Como es lógico, la ciudadanía
manifiesta que se debió partir de los sectores más necesitados y nunca de los
que más ganan.
Sobre todo si los actuales ministros
y quienes les siguen en los cargos, no son producto de rigurosa evaluación
alguna.
Tal es el caso de la cartera del Interior
que, a pesar del peligroso avance de la violencia en todo el país, no se le
escucha. Ni actúa.
Como tampoco se le escucha al
presidente, ni a su esposa, quienes siempre salen para pronunciarse sobre
cualquier situación. Pero, nada sobre la actual problemática.
Y, mientras los beneficiados con el
apetitoso incremento en sus remuneraciones sonríen a carcajada batiente, muchos
centros educativos del Perú exhiben sus locales en pésimas condiciones.
¿Y el ministro de Educación…? En su
escritorio. Esperando el fin de mes con las manos abiertas para llenarse los
bolsillos.
Imágenes divulgadas por la
televisión capitalina revelan el calamitoso estado de numerosos colegios y
escuelas.
Ocurre lo mismo en Trujillo y peor
aún en el interior de la región. El panorama se repite en idéntica forma en
distintas partes del territorio nacional.
Ante esta cruda y patética realidad.
¿Por qué no se emplea el dinero que se quiere aumentar a los ministros y sus
sucesores en mejorar las condiciones de los planteles…?
Tengan la seguridad que nadie.
Absolutamente nadie, se opondrá,
Los niños y jóvenes serán los más
agradecidos y el pueblo les reconocerá el esfuerzo.
Pero no es así. Encima de todos esos buenos propósitos, está una
equivocada disposición y la desmedida ambición de ganar más dinero…
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