El presidente y algunos ministros. Ahora, mucho más risueños con los jugosos aumentos...
El pueblo lo recibió como un golpe
bajo. Cuando menos lo esperaba. Al descuido. Sorpresivo. Inmisericorde.
Traicionero. Que descalifica al autor.
Mientras en Trujillo la gente
protestaba ante la posible alza de las tarifas de agua y sufre para pagar los
recibos de luz y el gas doméstico, el gobierno duplicó el sueldo de los
ministros.
Este apetitoso incremento fue
publicado en el diario oficial con la autorización del ministerio de Economía y
la firma del mismo Ollanta Humala.
Según la ley del Servicio Civil, el
beneficio incluye, además de los jefes de gabinete, a los vice ministros y los secretarios
generales.
También a los funcionarios de menos
categoría, presidentes regionales, alcaldes y sus respectivos gerentes que
suman por cientos.
Como para colmar la paciencia de la
ciudadanía, obtendrán similar cantidad en fiestas patrias y navidad. Total,
catorce sueldos al año.
Y usted, amigo lector. ¿Cuánto gana…?
¿Recibe un sueldo completo en navidad y fiestas patrias…?
Según sus gestores, la medida busca
un “estado eficiente y probo”. ¿Quién lo garantiza…? Y sostienen que los altos
funcionarios “ganan poco” en relación con el sector privado. ¿Hay necesidad de
compararse con ellos…?
Es oportuno precisar que en las
empresas particulares quien no rinde es despedido de inmediato. ¿Sucede así en
las entidades estatales…?
¿Por qué no comparan sus remuneraciones
con las de un trabajado promedio…? Ahora, la brecha se ahondará entre la
burocracia estatal y la mayoría ciudadana.
Se argumenta que es parte de la
reforma del estado. ¿Por qué entonces no empezaron con los que menos ganan y
más necesitan…?
Basta un botón. Existe un grueso
sector de trabajadores públicos cesantes y jubilados que recibe sueldos
miserables. No se le tuvo en cuenta para nada.
Lo curioso es que los favorecidos no
hicieron huelga, ni paros. Tampoco formaron piquetes. Ni siquiera pidieron el
aumento. Ellos estaban contentos con lo que ganaban. ¿Qué pasó…?
Ollanta olvidó su política de
inclusión social, convertida ahora en política de división radical de la
sociedad peruana, pues él también está incluido en los incrementos. Es parte
interesada. ¿Y el pueblo…?
Las muestras de descontento, rechazo,
indignación y repudio parten de la población, las organizaciones laborales, los
partidos políticos y los propios congresistas.
Porque se produce cuando las
familias padecen el impacto del encarecimiento de los servicios básicos y los
productos de primera necesidad.
Cuidado con esta clase de decisiones.
La Haya ayudó a Humata a recuperar su aprobación. Si no se rectifica, este cuestionado
y antipopular dictamen puede enviarlo al hoyo...
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