lunes, 10 de febrero de 2014

¡MEDIO SIGLO DE “EL HIT DEL MOMENTO”…!




Con Jimmy Santy en sus inicios. Cuando hacía furor en Trujillo. A lado, su promotor, el argentino Claudio Montes.

                                               Esta es una historia inédita. Protagonizada por un periodista que se formó
 en la Empresa Editora LA INDUSTRIA desde los años juveniles.
Actualmente es articulista de SATÉLITE.

Corría el verano de 1964. Cuando la playa de Buenos Aires era el balneario más visitado e importante de Trujillo.
             
Cuando los patrulleros no llegaban a diez y nuestra urbe era la más apacible del país. Se le conocía como la ciudad más tranquila del Perú.
             
En esa añorada época de paz plena y seguridad completa, el diario La Industria estaba considerado como la lectura obligatoria de los trujillanos.
             
Su preferencia era tal, que se dejaba muy temprano en las casas a miles de familias inscritas como suscriptores de cancelación mensual.
            
El periódico tenía casi el mismo tamaño de hoy. Constaba de ocho páginas. Aunque no se imprimía en el sistema de offset integral de ahora.
             
Utilizaba la tradicional rotaplana. Una monstruosa máquina negra de fierro que movía suelo y paredes al funcionar.
             
Fines de enero de 1964. Yo tenía algo más de dos años como redactor principal del vice decano de la prensa nacional.
             
Mi labor periodística consistía en cumplir con cuatro comisiones de rigor, generalmente a base de entrevistas a autoridades, y una iniciativa.
             
De manera simultánea a esa tarea, estudiaba pedagogía en la facultad de Letras y Educación de la Universidad Nacional de Trujillo. Escribía una columna titulada Caleidoscopio Universitario.
              
Una calurosa mañana, como tantas de la temporada, decidí conversar con Daniel Gordillo Jara, el director del diario, para trasmitirle una inquietud.
            .
-- Don Daniel – le dije -- ¿Qué le parece si publicamos una sección con la letra de las canciones de actualidad. Aquellas que les gustan a los jóvenes….?
             
-- Mira Freddy, contestó, La Industria es un periódico serio. Nunca ha editado nada semejante. Pero, déjame conversar con el Embajador Vicente Cerro Cebrián para conocer su opinión.
             
A propósito, Don Vicente tenía una admirable visión para estas cosas. Transcurrió poco más de una semana cuando Gordillo me llamó a su oficina, ubicada entrando a la izquierda.
             
-- Freddy. El doctor Cerro Cebrián está de acuerdo con tu idea. Dice que la escribas con mesura y respeto. Escoge un día de la semana y así debe salir siempre.

          
Primera columna de “El Hit del Momento” que se publicó el martes 11 de febrero de 1964. Fue hace medio siglo.

Con el visto bueno en la mano, El Hit del Momento irrumpió por primera vez el martes 11 de febrero de 1964. Hace cincuenta años.
            
Luego de una breve presentación, adjuntaba la letra de “Celia” con el crédito de su autor e intérpretes, con Leo Dan a la cabeza, incluyendo el sello discográfico.
             
Desde el comienzo tuvo una excepcional aceptación. Empezaron las llamadas telefónicas a la sala de redacción solicitando una y otra canción. Esas comunicaciones interrumpían mi trabajo. Tuve que acostumbrarme.
             
Los días martes muchos jóvenes, que hoy deben tener mi edad, adquirían La Industria para no perder sus temas favoritos. Aparecieron cientos de coleccionistas.
            
 “El Hit” era su sección predilecta. De dos columnas de ancho aumentó a tres y después a cuatro. Se añadieron frases célebres y fotografías.
             
Su publicación coincidió con la aparición del rock lento que dio origen a las baladas caracterizadas por su romanticismo  y sentimiento.
             
Allí se editaron los versos de las melodías de  los más consagrados baladistas de las décadas del sesenta, setenta y ochenta.
             
El prestigio de la columna superó fronteras. Alfredo Kato, periodista de espectáculos de un influyente diario capitalino calificó, con elocuentes términos, que El Hit del Momento era pionero en el periodismo nacional.
             
En ese tiempo el mundo discográfico, a base de discos de acetato en 45 revoluciones y long plays eran la atracción. Existían en Trujillo numerosos establecimientos dedicados a la venta.
            
Las emisoras no se quedaban atrás. Tenían programas especializados en irradiar los temas de moda y elaborar sus rankings musicales. Igual  sucedía en Lima y todo el país.
             
En ese ambiente de efervescencia musical, se formó la Cadena de Comentaristas de Discos del Perú (CACODISPE)  que me incorporó entre sus miembros.
             
Años después, “El Hit” pasó a publicarse en SATÉLITE donde, como es de suponer, acrecentó su popularidad.
             
En sus páginas cubrimos con éxito todas las ediciones del Festival Internacional de la Canción de Trujillo a lado del colega Felipe Apaza Amador.
             
Así hicimos amistad con los grandes valores de la música moderna. Fue una grata e inolvidable experiencia.
             


Revisando un long play ante un impresionante panel de acetatos de la época.
 
Ahora todo ha cambiado. Los acetatos y las consolas pasaron de moda. Quedaron como piezas de museo.
             
Tal como quedó el recuerdo del día que, por primera vez en la historia del diarismo trujillano, se comenzó a publicar la letra de las canciones que coparon el gusto popular
              
Una sugestiva aventura informativa que nos hizo ingresar, sin pensarlo, al campo del espectáculo. Faceta distinta pero, igual, apasionante.
             
Lo que es el mundo del periodismo. Empecé, como casi todos los periodistas que se inician, cubriendo policiales y deportes.
             
Siguieron las notas locales de peso, reportajes, entrevistas y, al final, editoriales. Tal vez, la diversidad en las exigencias me dio cierta versatilidad
             
Hoy escribo sobre diferentes asuntos en la página editorial y deportiva de este vespertino donde su director, Víctor Hugo Paredes Florián, me abrió las puertas de par en par.
            
A pesar del prolongado camino recorrido en la prensa escrita, considero que aún hay mucho que dar. Pero, mucho más que aprender...

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