Faltando poco más de un mes para finalizar el 2011, constatamos que nos correspondió vivir un año sumamente raro.
Desde el punto de vista numérico, hubo extrañas agrupaciones como el 1 de enero que tuvo cuatro “unos” (1/1/11).
Lo mismo sucedió con el 11 de enero (11/1/11).
Hace poco, a comienzos del presente mes, se juntaron cinco “unos” (1/11/11).
Sin embargo, hoy viernes 11 de noviembre se reunieron seis “unos” (11/11/11).
Es el más singular sincronismo en el calendario entre el día, el mes y el año que se produce solo una vez cada siglo.
La original ocurrencia ha dado lugar a diversas interpretaciones de los expertos en numerología.
Algunos le otorgan carácter místico: Hay quienes afirman que el número once representa la extraña dualidad del bien y el mal en los seres humanos.
Otros lo relacionan con desastres o calamidades como los ataques del 11 de setiembre del 2001 en Estados Unidos.
Igualmente con el terremoto y tsunami en Japón del 11 de marzo del 2011 con descomunales destrozos que aún no han logrado ser reparados en su totalidad.
Minuciosos observadores sostienen que las propias torres del World Trade Center en Nueva York hacían alusión al número once.
Aparte que el primer avión de pasajeros que impactó sobre uno de los emblemáticos edificios pertenecía al vuelo 11.
Ahí no queda todo. Los estudiosos hacen referencia a la profecía que San Malaquías vaticinó en el siglo XI de nuestra era.
El religioso pronosticó que antes del Apocalipsis que señala la Biblia, la iglesia católica sería conducida por 112 papas.
Benedicto XVI, el actual pontífice, es el papa número 111, según reciente informe de la agencia de noticias AFP.
Pero, lo que realmente le va a sorprender viene enseguida.
Separe los dos últimos dígitos del año en que nació y súmelos a la edad que cumplió o va a celebrar este año.
El resultado es 111. Curioso ¿Verdad…?
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