El café producido en el Perú está a punto de consagrarse entre los mejores del mundo... (Efe)
No hay nada más exquisito al momento del desayuno, en la sobremesa, al atardecer o a cualquier hora, que tomarse una taza de café.
Es la bebida caliente preferida por excelencia debido a su grano, sabor, aroma, color y ese toque de distinción peculiar.
En el mundo hay variedades muy famosas que se venden en los lugares más apartados del planeta.
Y en la ruta de los tipos de café virtuosos, se encuentra aquel que se cultiva en el Perú y constituye la fuente de vida de miles de campesinos.
Los extensos campos de sembrío y explotación se encuentran en los bosques tropicales de la ceja de selva, entre los 800 y 2,000 metros de altura, correspondiente a la vertiente oriental de la cordillera de los Andes.
Lo evidente es que el café peruano “ha mejorado mucho en los últimos cuatro años y, desde entonces, hasta ahora, es diez veces mejor”, según expresión de Geoff Watts, catador norteamericano.
El café producido en el Perú se distingue por su acidez delicada, sabor floral y a la vez cítrico como la mandarina.
Voceros de la Junta Nacional de Café del Perú reconocen la calidad del producto aunque aconsejan mejorar el cuidado de la tierra, así como los procesos de fermentación y drenaje.
Simultáneamente, ese organismo aspira a que nuestra cosecha adquiera la fama que ostenta el café de Costa Rica, Colombia y Etiopía.
No hay nada más exquisito al momento del desayuno, en la sobremesa, al atardecer o a cualquier hora, que tomarse una taza de café.
Es la bebida caliente preferida por excelencia debido a su grano, sabor, aroma, color y ese toque de distinción peculiar.
En el mundo hay variedades muy famosas que se venden en los lugares más apartados del planeta.
Y en la ruta de los tipos de café virtuosos, se encuentra aquel que se cultiva en el Perú y constituye la fuente de vida de miles de campesinos.
Los extensos campos de sembrío y explotación se encuentran en los bosques tropicales de la ceja de selva, entre los 800 y 2,000 metros de altura, correspondiente a la vertiente oriental de la cordillera de los Andes.
Lo evidente es que el café peruano “ha mejorado mucho en los últimos cuatro años y, desde entonces, hasta ahora, es diez veces mejor”, según expresión de Geoff Watts, catador norteamericano.
El café producido en el Perú se distingue por su acidez delicada, sabor floral y a la vez cítrico como la mandarina.
Voceros de la Junta Nacional de Café del Perú reconocen la calidad del producto aunque aconsejan mejorar el cuidado de la tierra, así como los procesos de fermentación y drenaje.
Simultáneamente, ese organismo aspira a que nuestra cosecha adquiera la fama que ostenta el café de Costa Rica, Colombia y Etiopía.
Existe el convencimiento de ser el productor de las variedades orgánicas, libres de pesticidas y fertilizantes, más comercializadas después del petróleo, según los expertos.
Incluso se proyecta el empleo de sellos curiosos como “Procedente de bosques naturales” o “amigables de las aves” en las fases de difusión y venta.
Se mantiene la esperanza que todo el esfuerzo desarrollado desde ahora debe culminar en el 2015 con el reconocimiento de exportadores con la marca ”Café del Perú”.
Sin duda que será un logro más significativo para nuestro país en los últimos años.
Mientras tanto, seguiremos consumiendo el café peruano de calidad garantizada, reconocida a nivel mundial y con un expectante porvenir que debe llenarnos de orgullo…
Incluso se proyecta el empleo de sellos curiosos como “Procedente de bosques naturales” o “amigables de las aves” en las fases de difusión y venta.
Se mantiene la esperanza que todo el esfuerzo desarrollado desde ahora debe culminar en el 2015 con el reconocimiento de exportadores con la marca ”Café del Perú”.
Sin duda que será un logro más significativo para nuestro país en los últimos años.
Mientras tanto, seguiremos consumiendo el café peruano de calidad garantizada, reconocida a nivel mundial y con un expectante porvenir que debe llenarnos de orgullo…
1 comentario:
Los cafeinómanos trujillanos estámos llegando a la conclusión que el café que ofrecen los locales de franquicia en los modernos "mall" no le llegan a la calidad del que se disfruta en las clásicas mesitas de la calle Pizarro. ¿Has oído algo así? ¿Será por allá sirven café importado?
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