El gato es una de las mascotas más populares de Japón. En muchos hogares se les cría con suma atención y cuidado.
Su presencia y figura ha sido idealizada al extremo que muchos consideran que es un animal que proporciona buena suerte, aparte de brindar un ambiente de relax.
Sin embargo, en la actualidad, en muchas viviendas alquiladas está prohibido tenerlos en su interior por razones de estrechez e higiene.
Con la finalidad de satisfacer esa natural inclinación de los japoneses hacia los graciosos felinos, acaban de inaugurarse en Tokio algunas cafeterías con gatos como atractivo.
Pagando quinientos yenes, tres euros o quince soles, una persona puede permanecer en estos lugares durante media hora.
En ese tiempo los asistentes pueden jugar suavemente y acariciar a los animales, gozando de momentos de satisfacción y solaz.
Antes de entrar en contacto con los mininos el cliente debe lavarse en forma obligatoria las manos con un jabón especial y enjuagarse con alcohol.
Igualmente, puede tomarse una taza de café, te, zumo de naranja, cerveza, a excepción de alimentos.
Los establecimientos tienen entre asistentes frecuentes a personas que viven solas, quienes logran superar así sus sentimientos de aislamiento y soledad.
Figuran entre la concurrencia desde adolescentes hasta personas mayores de setenta años, entre hombres y mujeres.
La idea de los cafés con gatos surgió en Taiwán, donde un japonés que vivió en Taipei la puso en práctica en Osaka, al este del país, hace cuatro años.
Ahora los restaurantes de este tipo en Tokio constituyen el último grito en lo que a preferencias del público se refiere.
Cosas raras. Sumamente raras en un país tan desarrollado y progresista como Japón, donde la gente siempre se da tiempo para estar en contacto con la naturaleza…
Su presencia y figura ha sido idealizada al extremo que muchos consideran que es un animal que proporciona buena suerte, aparte de brindar un ambiente de relax.
Sin embargo, en la actualidad, en muchas viviendas alquiladas está prohibido tenerlos en su interior por razones de estrechez e higiene.
Con la finalidad de satisfacer esa natural inclinación de los japoneses hacia los graciosos felinos, acaban de inaugurarse en Tokio algunas cafeterías con gatos como atractivo.
Pagando quinientos yenes, tres euros o quince soles, una persona puede permanecer en estos lugares durante media hora.
En ese tiempo los asistentes pueden jugar suavemente y acariciar a los animales, gozando de momentos de satisfacción y solaz.
Antes de entrar en contacto con los mininos el cliente debe lavarse en forma obligatoria las manos con un jabón especial y enjuagarse con alcohol.
Igualmente, puede tomarse una taza de café, te, zumo de naranja, cerveza, a excepción de alimentos.
Los establecimientos tienen entre asistentes frecuentes a personas que viven solas, quienes logran superar así sus sentimientos de aislamiento y soledad.
Figuran entre la concurrencia desde adolescentes hasta personas mayores de setenta años, entre hombres y mujeres.
La idea de los cafés con gatos surgió en Taiwán, donde un japonés que vivió en Taipei la puso en práctica en Osaka, al este del país, hace cuatro años.
Ahora los restaurantes de este tipo en Tokio constituyen el último grito en lo que a preferencias del público se refiere.
Cosas raras. Sumamente raras en un país tan desarrollado y progresista como Japón, donde la gente siempre se da tiempo para estar en contacto con la naturaleza…
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