La tenista María Sharapova. Dicen que cuando juega lanza gemidos muy sensuales...
Cualquier deporte que demande esfuerzo físico supremo, exige respirar profundo y emitir, en algunos casos, gemidos al hacerlo.
El tenis no es la excepción. Y la emisión de esos sonidos guturales es mucho más expresiva cuando los contrincantes pertenecen al sexo femenino.
Aquel clamor gestado debido al despliegue de energía es totalmente natural y jamás han merecido observación alguna.
Sin embargo, el ex tenista alemán y tricampeón de Wimblendon Boris Becker, acaba de manifestar que los quejidos en el tenis femenino deben prohibirse.
Añade, en entrevista publicada por la revista Gentlemens Quartely, que la razón de su eliminación es ser excesivamente sexy e inadecuados.
Incluso se atreve a identificar a María Sharapova y Serena Williams, entre otras, como las tenistas cuyos gritos “tienen algo de sexual”.
Desconocemos las motivaciones que hayan obligado al deportista germano a pronunciarse en ese sentido.
Pero es oportuno señalar que cuando se practica un deporte, las exigencias a las que está sometido el cuerpo, obligan a lanzar exclamaciones involuntarias en su mayoría.
Mal haríamos, entonces, en tratar de eliminarlas o prohibirlas, pues se producen de manera totalmente inconsciente.
Y aunque se diga lo contrario, los lamentos que se escuchan en el tenis de damas constituyen el complemento ideal de la partida.
Sirven para darle sabor. Son parte del espectáculo mismo.
Mal haríamos, entonces, en tratar de arrebatarle aquello que corresponde a la esencia misma de su práctica. ¿Usted que opina…?
Cualquier deporte que demande esfuerzo físico supremo, exige respirar profundo y emitir, en algunos casos, gemidos al hacerlo.
El tenis no es la excepción. Y la emisión de esos sonidos guturales es mucho más expresiva cuando los contrincantes pertenecen al sexo femenino.
Aquel clamor gestado debido al despliegue de energía es totalmente natural y jamás han merecido observación alguna.
Sin embargo, el ex tenista alemán y tricampeón de Wimblendon Boris Becker, acaba de manifestar que los quejidos en el tenis femenino deben prohibirse.
Añade, en entrevista publicada por la revista Gentlemens Quartely, que la razón de su eliminación es ser excesivamente sexy e inadecuados.
Incluso se atreve a identificar a María Sharapova y Serena Williams, entre otras, como las tenistas cuyos gritos “tienen algo de sexual”.
Desconocemos las motivaciones que hayan obligado al deportista germano a pronunciarse en ese sentido.
Pero es oportuno señalar que cuando se practica un deporte, las exigencias a las que está sometido el cuerpo, obligan a lanzar exclamaciones involuntarias en su mayoría.
Mal haríamos, entonces, en tratar de eliminarlas o prohibirlas, pues se producen de manera totalmente inconsciente.
Y aunque se diga lo contrario, los lamentos que se escuchan en el tenis de damas constituyen el complemento ideal de la partida.
Sirven para darle sabor. Son parte del espectáculo mismo.
Mal haríamos, entonces, en tratar de arrebatarle aquello que corresponde a la esencia misma de su práctica. ¿Usted que opina…?
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