Miembros de la Pena Gijonesa de Gomeru, España, que nos trajeron el recuerdo de la ya desaparecida guaraca... (Meléndez)
La pregunta está dirigida a quienes pasan el medio siglo de vida: ¿Les viene siquiera a la mente la palabra guaraca u honda que se usaba en nuestra niñez…?
Era un jebe largo, aproximadamente de un centímetro de grosor, extraído de la cámara en desuso de la llanta de cualquier vehículo.
Sus extremos estaban unidos entre sí por medio de un trozo de badana, que se pedía como obsequio a los zapateros.
Algunos más osados, ataban las puntas del jebe en las dos astas que formaba un trozo de rama de árbol en forma de “Y” griega.
En ese espacio de cuero suave se colocaba una piedra que, al estirarse la goma, era lanzada con fuerza muchos metros adelante.
Con la palomillada de esos años la utilizábamos para “matar pajaritos”, aunque por nuestra mala puntería, casi nunca acertábamos.
Por eso nos solazábamos haciendo competencias de tiro al blanco tratando de impactar sobre una lata o botella vacía, colocadas encima de una piedra como base. Ese fue todo su empleo.
Aunque sabíamos que otros lo hacían, los amigos de las cuadras uno y dos del jirón Diego de Almagro, en el cruce con Zepita, a una cuadra de la plaza de Armas de Trujillo, jamás la usamos para atacarnos entre nosotros.
La guaraca desapareció con el tiempo. Por lo menos en nuestro medio.
Todos estos recuerdos revivieron, tan pronto leí que la misma práctica es usual en Gijón, España, donde se le conoce con el nombre de “tirachinas” o “gomeru”.
Varios centenares de personas adultas han formado el Club Deportivo Peña Gijonesa del Gomeru.
Ellos se han planteado dos objetivos, pedir al municipio un lugar para practicar su entretenimiento y solicitar al comité respectivo que sea considerado como deporte olímpico.
Es posible que pronto consigan su primera meta, pero la siguiente parece difícil.
Con todo, sus pretensiones motivaron que hicieran noticia que llegó hasta nuestro conocimiento y permitieron traer a la memoria estos interesantes momentos de la infancia…
La pregunta está dirigida a quienes pasan el medio siglo de vida: ¿Les viene siquiera a la mente la palabra guaraca u honda que se usaba en nuestra niñez…?
Era un jebe largo, aproximadamente de un centímetro de grosor, extraído de la cámara en desuso de la llanta de cualquier vehículo.
Sus extremos estaban unidos entre sí por medio de un trozo de badana, que se pedía como obsequio a los zapateros.
Algunos más osados, ataban las puntas del jebe en las dos astas que formaba un trozo de rama de árbol en forma de “Y” griega.
En ese espacio de cuero suave se colocaba una piedra que, al estirarse la goma, era lanzada con fuerza muchos metros adelante.
Con la palomillada de esos años la utilizábamos para “matar pajaritos”, aunque por nuestra mala puntería, casi nunca acertábamos.
Por eso nos solazábamos haciendo competencias de tiro al blanco tratando de impactar sobre una lata o botella vacía, colocadas encima de una piedra como base. Ese fue todo su empleo.
Aunque sabíamos que otros lo hacían, los amigos de las cuadras uno y dos del jirón Diego de Almagro, en el cruce con Zepita, a una cuadra de la plaza de Armas de Trujillo, jamás la usamos para atacarnos entre nosotros.
La guaraca desapareció con el tiempo. Por lo menos en nuestro medio.
Todos estos recuerdos revivieron, tan pronto leí que la misma práctica es usual en Gijón, España, donde se le conoce con el nombre de “tirachinas” o “gomeru”.
Varios centenares de personas adultas han formado el Club Deportivo Peña Gijonesa del Gomeru.
Ellos se han planteado dos objetivos, pedir al municipio un lugar para practicar su entretenimiento y solicitar al comité respectivo que sea considerado como deporte olímpico.
Es posible que pronto consigan su primera meta, pero la siguiente parece difícil.
Con todo, sus pretensiones motivaron que hicieran noticia que llegó hasta nuestro conocimiento y permitieron traer a la memoria estos interesantes momentos de la infancia…
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