Las pequeñas letras de los anuncios en televisión, no cumplen ninguna función... Tal como ocurre como la radio y el internet, el medio de comunicación que ingresa más fácilmente a nuestros hogares, es la televisión.
Uno se conecta para ver algo de su preferencia y lo consigue a cambio de recibir un insoportable bombardeo de anuncios comerciales. Es lo que, personalmente, me obliga a verla muy poco.
Y no hay nada que hacer contra eso. Por algo se trata de trasmisiones gratuitas, a diferencia del cable que exige un pago especial.
Los avisos son para todas las edades, aunque no para todos los gustos. Falta imaginación y la mayoría demuestra que su edición ha exigido muy poco esfuerzo a sus creadores.
Reservamos para otro momento un análisis sobre el particular.
Hoy no detenemos en esas pequeñísimas letras, de principio a fin, que corren a velocidad impresionante en la parte inferior de los comerciales.
La excesiva rapidez con que se movilizan las palabras hace prácticamente imposible seguir con la mirada el texto en la pantalla.
A esto se añade el exceso de información que contiene el mensaje lo que complica su lectura y posterior comprensión.
Casi al concluir incluyen expresiones que generan dudas como: “sujeto a condiciones” o “ver condiciones en folleto informativo”, o similares.
El caso se presenta en los spots de celulares, promociones bancarias, cooperativas o cajas de créditos rápidos y otros.
En definitiva, se trata de una publicidad engañosa por ocultar datos fundamentales de bienes, activos o servicios, cuya omisión puede inducir al error en los televidentes, según refieren los investigadores.
No sabemos de dónde salió la pésima idea de incluir estas increíbles serpentinas informativas que sólo sirven para distraer, porque no explican absolutamente nada.
Los anunciadores y publicistas deben optar por retirarlas, aunque les incomode, porque no cumplen ninguna función.
Una lástima que no se aproveche de manera conveniente este importante medio con una publicidad clara, explícita, corta y dinámica, acorde con el adelanto informático que vivimos.
Olvídense de los textos minúsculos y fugaces de los comerciales porque nadie los lee y menos los entiende…
Uno se conecta para ver algo de su preferencia y lo consigue a cambio de recibir un insoportable bombardeo de anuncios comerciales. Es lo que, personalmente, me obliga a verla muy poco.
Y no hay nada que hacer contra eso. Por algo se trata de trasmisiones gratuitas, a diferencia del cable que exige un pago especial.
Los avisos son para todas las edades, aunque no para todos los gustos. Falta imaginación y la mayoría demuestra que su edición ha exigido muy poco esfuerzo a sus creadores.
Reservamos para otro momento un análisis sobre el particular.
Hoy no detenemos en esas pequeñísimas letras, de principio a fin, que corren a velocidad impresionante en la parte inferior de los comerciales.
La excesiva rapidez con que se movilizan las palabras hace prácticamente imposible seguir con la mirada el texto en la pantalla.
A esto se añade el exceso de información que contiene el mensaje lo que complica su lectura y posterior comprensión.
Casi al concluir incluyen expresiones que generan dudas como: “sujeto a condiciones” o “ver condiciones en folleto informativo”, o similares.
El caso se presenta en los spots de celulares, promociones bancarias, cooperativas o cajas de créditos rápidos y otros.
En definitiva, se trata de una publicidad engañosa por ocultar datos fundamentales de bienes, activos o servicios, cuya omisión puede inducir al error en los televidentes, según refieren los investigadores.
No sabemos de dónde salió la pésima idea de incluir estas increíbles serpentinas informativas que sólo sirven para distraer, porque no explican absolutamente nada.
Los anunciadores y publicistas deben optar por retirarlas, aunque les incomode, porque no cumplen ninguna función.
Una lástima que no se aproveche de manera conveniente este importante medio con una publicidad clara, explícita, corta y dinámica, acorde con el adelanto informático que vivimos.
Olvídense de los textos minúsculos y fugaces de los comerciales porque nadie los lee y menos los entiende…
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