Lograr que la política peruana sea decente y respetada depende todos nosotros...
Un congresista ha sido acusado de
apropiación ilícita, aprovechamiento indebido del cargo y falsificación de
documentos privados, entre otras irregularidades.
Interrogado por la comisión de
acusaciones constitucionales, acepta su culpabilidad y declara, sin inmutarse,
que “fue un error”.
Es suspendido en sus funciones, pero
¡Aunque usted no lo crea…! Seguirá cobrando su sueldo entre el 16 de diciembre
y el 26 de febrero del año próximo.
Un político, conocido y ridiculizado
por sus constantes mentiras, declara ante diversas imputaciones que “no estaba
bien informado” sobre lo que enfatizó en sucesivas entrevistas anteriores.
Su esposa, interrogada ayer por la
comisión de fiscalización acerca de las millonarias compras inmobiliarias que
efectuó su madre en el país, habla de todo menos del tema.
Otro caso es protagonizado por un ex
presidente que trata de utilizar todos los recursos que le permite la
legislación nacional para evitar ser sometido a la justicia.
Parlamentarios, ex mandatarios y sus
familiares comprometidos en supuestos actos ilícitos que hacen lo imposible por
no ser investigados.
Ese es la desmejorada imagen actual
de los políticos peruanos que llenan las primeras páginas de los diarios, abren
las noticias en televisión, los informes radiales y los comentarios en las redes
sociales.
Cuando el anhelo de la gente es que,
ante la menor denuncia o sospecha, sean ellos los primeros en acudir a los
tribunales para aclarar la situación y deslindar responsabilidades.
Hacen lo contrario. Declaran hoy
algo y mañana dicen que se equivocaron o no estuvieron informados.
Es conveniente precisar que por el
periodismo salieron a la luz esta clase
de problemas que fueron revelados a la colectividad mediante pruebas que ahora
pretenden ser desvirtuadas.
De otro lado, la reprobable actitud
de algunos políticos manifestada durante estos meses debe hacer reflexionar a
la ciudadanía para evaluarlos al momento de emitir su voto en elecciones
próximas.
Orientemos nuestra preferencia
electoral hacia nuevos profesionales. Honestos y transparentes. Con ansias de
trabajar con seriedad por el país.
Existen innumerables políticos que
ya tuvieron su oportunidad. Dieron lo que pudieron. Es hora que vuelvan a sus
orígenes.
Luchemos porque nuestra política sea
decente y respetada. Es posible. Todo depende de nosotros…
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