Sugestiva imagen que alude a Lima como sede de los Juegos Panamericanos 2019. Primero hay que garantizar la seguridad de los ilustres visitantes...
En una histórica reunión, celebrada
en Toronto, Canadá, Lima fue elegida
como sede de los próximos Juegos Panamericanos del 2019.
La decisión cumbre mereció la
aceptación y el beneplácito general y
fue festejada con algarabía por la ciudadanía.
Con ese motivo, la capital peruana albergará
a más de seis mil deportistas procedentes de cuarentaiún países que competirán
en cuarenta disciplinas.
Incluso ya se adelantó que, en tal
virtud, Lima “se reinventará al estilo de Barcelona”, España (?).
No faltó quien pidió dejar de lado
la coyuntura política para organizar ”los mejores Panamericanos de la historia”.
O el que anunció que el deporte
servirá para “unir a los peruanos”.
Bueno. El entusiasmo genera este
tipo de declaraciones, aunque anhelamos de verdad que sean como se anuncian.
Sin embargo, es conveniente
puntualizar que promover eventos de esta categoría significa mucho más de lo
previsto.
Para empezar. Exige una gigantesca inversión
en infraestructura. Construir solo la Villa Panamericana demandará más de
setecientos millones de dólares.
Aparte de lo que se gastará en
mejorar el transporte público y ordenar la ciudad para hacerla más presentable
y atractiva. Con nuevo rostro.
¿Y la inseguridad ciudadana que se vive en Lima y todo el país desde hace
algún tiempo…?
Es el aspecto más oscuro que tendrá
que combatirse con energía desde ahora mismo para evitar hacer un papelón
continental durante la competencia.
La situación se complica con la posible
aprobación de una ley, divulgada el mismo día que Lima ganó los juegos, que reconoce los beneficios penitenciarios a
miles de presos que saldrían de las rejas pronto.
Comprendemos el jolgorio que origina
la organización de los Panamericanos y nos aunamos a los festejos. Es un
orgullo nacional.
Pero, es imprescindible empezar a ejecutar
acciones pertinentes para que la presencia de los directivos, técnicos, deportistas,
sus familiares y visitantes sea lo más agradable y placentera.
Organizar un certamen de esta
envergadura nos ubica automáticamente ante los ojos y la crítica del mundo
entero.
Aprovechémoslo para brindar la mejor
imagen del Perú que es reconocido por sus monumentos arqueológicos, apetitosa
gastronomía, paradisiacos paisajes y hospitalidad de su gente.
Un trabajo conjunto e inflexible del
gobierno, el congreso, poder Judicial, ministerio Público, la policía y el INPE
debe ser la garantía para lograr el éxito del trascendental evento…
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