martes, 11 de noviembre de 2014

¡LA LECCIÖN DEL INCENDIO DE LA HERMELINDA…!

El incendio de La Hermelinda dejó una lección para aprender...

Era una noche como cualquier otra en el lúgubre y temible ambiente del mercado autogestionario La Hermelinda de Trujillo.
           
(Denominación no muy atractiva. Si quisieron ponerle nombre de mujer debieron escoger otro entre tantos bonitos que existen. En fin. Fue su gusto).
             
Seguimos. De pronto, entre las amontonadas mercaderías, las lenguas de fuego comenzaron a devorar todo lo que encontraban a su paso.
             
Algunos perros lanzaban lastimeros aullidos, mientras desesperados roedores huían de sus madrigueras buscando otro escondite más seguro. Tal vez, en alguna vivienda cercana.
             
Gritos de alarma. Angustia y desolación entre los comerciantes. Llegan los bomberos. Pero ya es tarde. Decenas de puestos y productos quedan en escombros.
             
Al margen de las causas de siniestro que ocasionó millones de soles en pérdidas y que son motivo de investigación, caben las siguientes preguntas.
             
¿Por qué el fuego se propagó tan rápido…? ¿Qué dificultades encontraron los bomberos para actuar con mayor rapidez y eficiencia…?
             
Las respuestas caen por si solas. Las llamas avanzaron porque encontraron material inflamable en las inmediaciones.
             
Muchos de los puestos están separados por cartones y palos. Tenían plásticos o calamina en el lado superior, aparte de la basura acumulada por doquier.
             
Qué decir de las empíricas instalaciones eléctricas clandestinas cuya regularización fue oportunamente recomendada por Defensa Civil.
             
Algo más. ¿Alguna vez han visto algún extinguidor en el lugar…?
             
Entre los obstáculos que encontraron los hombres de rojo para cumplir con su labor está la falta de grifos de agua para estas emergencias.
             
Otro elemento adverso fue la estrechez de los pasadizos, ocupados en varios sectores por rumas de mercaderías.
             
La Hermelinda es el más grande centro de abastos de la ciudad. Miles de personas acuden cada día a sus instalaciones para adquirir productos de primera necesidad.
             
Sin embargo, carece de garantía en cuanto al orden, higiene y seguridad para los compradores.
             
El luctuoso suceso del lunes es un llamado de atención a los comerciantes para formalizarse según la reglamentación vigente.
             
En la actividad comercial no todo es ganancia. Hay que invertir para cumplir con las normas y ofrecer condiciones óptimas a los clientes.
             
Ustedes lo saben. Hagan el esfuerzo. No se arrepentirán…                

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