Miren las ubicaciones. Es posible que si Cardoza no tocaba la bola, no era gol...
Cuando parecía que todo marchaba
sobre ruedas. Que se aseguraba el cupo para la Copa Sudamericana, el futuro se
tornó en una incógnita.
Todo por el desliz que experimentó
la Universidad César Vallejo jugando ayer de visita ente un rival directo, el
León de Huánuco.
La derrota no pudo ser más insólita.
Por un autogol. Una jugada fortuita. Aquella que la repites cien veces o más y
no te vuelve a salir igual.
A los veintisiete del inicio, vino un
centro largo desde la izquierda que debía perderse por el parante contrario del
arco de Libman.
La bola caía. Cardoza estaba cerca y
solo debía acompañar el balón para ejecutar enseguida el saque de fondo.
El zaguero intentó rechazarla. Le
dio mal y el esférico se introdujo en la valla ante la impotencia de Salomón.
Tanto en contra convertido justo por
el defensa que más goles les ha dado a los “poetas” en la actual campaña. Pero,
así es el fútbol.
Los azules reaccionaron y se
encontraron con once hombres decididos a defender la ventaja y la clasificación
internacional.
Recordemos que venían de vencer a
Universitario y el público acudió a las tribunas para expresarle su respaldo
constante.
Este revés tiene gravitantes
consecuencias en la lucha por conseguir un cupo en la Sudamericana.
Porque los huanuqueños pasaron a
ocupar el expectante lugar que mantenía la UCV en el Acumulado.
Faltando una fecha para finalizar el
torneo Clausura el representativo trujillano está obligado a imponerse al Real
Garcilaso el domingo.
Perder destrozaría toda chance de
disputar el certamen continental que en la edición de este año le fue tan
auspicioso.
Queda un solo factor a favor. Mañana
viernes el elenco cusqueño juega ante San Martín la última jornada pendiente.
Especulando, eso podría afectar
físicamente a sus jugadores.
Lo único cierto, en estos momentos, es
que la Vallejo se juega la vida ante
Garcilaso en el Cusco. De ahí el titular: ¡Ganar o morir…!
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