Con planes y estategias definidos las autoridades deben proceder a combatir con eficacia la violencia en Trujillo y alrededores...
Una de las primeras conclusiones a las que se arribó en la asamblea pública para la seguridad ciudadana convocada en Trujillo, es que no existían planes distritales, provinciales, ni regionales para hacer frente a cuadros delincuenciales organizados.
Ese reprobable descuido fue una de las numerosas razones que contribuyeron al vertiginoso avance de la violencia en nuestro medio llegando a concitar la atención nacional.
Así mismo, la autorización municipal indiscriminada otorgada a la realización de fiestas y reuniones sociales donde se expende licor, que casi siempre terminan en riñas con consecuencias trágicas.
Otra de las observaciones fue hecha al flamante Código Procesal Penal que no dedica un solo capítulo a la prevención del delito, según declaraciones del titular del Ministerio Público.
Y no sólo eso, el ministro del Interior hizo hincapié en el análisis de la misma legislación que, de manera inconcebible, otorga mayores beneficios y facilidades a los delincuentes que a los ciudadanos.
Queda confirmado aquello que se venía repitiendo con muchos meses de anticipación, incluso solicitando la reunión coordinada de todos los estamentos responsables para hacer frente al hampa.
Sin embargo, lo más importante es que se empezó a trabajar, incorporando una dotación policial de trescientos efectivos y hasta habiéndose dado plazos a la Policía Nacional para atenuar el alarmante avance de la delincuencia.
En todo caso, el trabajo y las acciones que se adopten deben estar perfectamente articulados con el Ministerio Público.
El ministro del Interior fue más allá y planteó la necesidad de revisar el régimen de beneficios penitenciarios para investigar a las bandas organizadas y endurecer las sanciones disciplinarias y penales a los policías, jueves y fiscales involucrados en actos de corrupción.
Se espera que los acuerdos y disposiciones adoptados sirvan para comenzar a combatir la delincuencia que cada día amenazaba más a los trujillanos y las poblaciones distritales.
No debemos olvidar el llamado de las autoridades a los padres de familia en el sentido de orientar de manera conveniente a sus hijos.
Las ocupaciones de la pareja y la posible estrechez económica, jamás debe ser motivo para descuidar la educación y guía que los pequeños necesitan
Las cartas están sobre la mesa. La autoridad debe imponerse para recuperar el espacio perdido y establecer definitivamente el orden en la población.
A partir de hoy Trujillo debe esforzarse para dejar de ser vista como una ciudad violenta donde los foráneos deben conducirse con suma cautela el día que se "den un salto para visitarnos".
Con planes y estrategias definidos se exige proceder a combatir la delincuencia.
Ese reprobable descuido fue una de las numerosas razones que contribuyeron al vertiginoso avance de la violencia en nuestro medio llegando a concitar la atención nacional.
Así mismo, la autorización municipal indiscriminada otorgada a la realización de fiestas y reuniones sociales donde se expende licor, que casi siempre terminan en riñas con consecuencias trágicas.
Otra de las observaciones fue hecha al flamante Código Procesal Penal que no dedica un solo capítulo a la prevención del delito, según declaraciones del titular del Ministerio Público.
Y no sólo eso, el ministro del Interior hizo hincapié en el análisis de la misma legislación que, de manera inconcebible, otorga mayores beneficios y facilidades a los delincuentes que a los ciudadanos.
Queda confirmado aquello que se venía repitiendo con muchos meses de anticipación, incluso solicitando la reunión coordinada de todos los estamentos responsables para hacer frente al hampa.
Sin embargo, lo más importante es que se empezó a trabajar, incorporando una dotación policial de trescientos efectivos y hasta habiéndose dado plazos a la Policía Nacional para atenuar el alarmante avance de la delincuencia.
En todo caso, el trabajo y las acciones que se adopten deben estar perfectamente articulados con el Ministerio Público.
El ministro del Interior fue más allá y planteó la necesidad de revisar el régimen de beneficios penitenciarios para investigar a las bandas organizadas y endurecer las sanciones disciplinarias y penales a los policías, jueves y fiscales involucrados en actos de corrupción.
Se espera que los acuerdos y disposiciones adoptados sirvan para comenzar a combatir la delincuencia que cada día amenazaba más a los trujillanos y las poblaciones distritales.
No debemos olvidar el llamado de las autoridades a los padres de familia en el sentido de orientar de manera conveniente a sus hijos.
Las ocupaciones de la pareja y la posible estrechez económica, jamás debe ser motivo para descuidar la educación y guía que los pequeños necesitan
Las cartas están sobre la mesa. La autoridad debe imponerse para recuperar el espacio perdido y establecer definitivamente el orden en la población.
A partir de hoy Trujillo debe esforzarse para dejar de ser vista como una ciudad violenta donde los foráneos deben conducirse con suma cautela el día que se "den un salto para visitarnos".
Con planes y estrategias definidos se exige proceder a combatir la delincuencia.
La seguridad es tarea de todos, pero las autoridades tienen la fuerza y la ley en sus manos para actuar cumpliendo con su sagrada misión de proteger y preservar a la sociedad…
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