jueves, 5 de noviembre de 2009

¡LA VERDAD DUELE, PERO LA MENTIRA MATA…!

Ni siquiera en el momento de postular hay sinceridad en los candidatos, pues mienten cuando tienen que presentar sus hojas de vida...


Mentira es la declaración de una persona quien sabe que es falsa, esperando que los demás le crean, ocultando la realidad.

Otros dicen simplemente que es todo aquello que es contrario a lo que se conoce, se piensa o se cree.

Sea entendido en una u otra forma, lo cierto es que la mentira es uno de los más graves defectos de la especie humana.

El engaño es casi común en los niños y puede ser aceptado debido a su inmadurez, pero cuando se trata de adultos, resulta inconcebible.

Como ocurre con la revelación que acaba de hacer el Jurado Nacional de Elecciones en el sentido que doscientos cincuenta candidatos de los últimos comicios generales presentaron información inexacta.

Los datos falsos fueron consignados en las declaraciones juradas exigidas para postular al Congreso y los gobiernos regionales y municipales. ¡Qué vergüenza!

La documentación fraguada fue entregada oportunamente a la Fiscalía para que realice las investigaciones correspondientes, pero se desconoce el resultado de las pesquisas.

Esas revelaciones se confirman con la denuncia formulada contra un parlamentario que anotó haber realizado estudios en una universidad capitalina, cuando está probado que ese centro superior no lo tiene en sus registros.

Aunque las normas establecen que las infracciones en ese rubro deben ser remitidas al Registro Nacional de Condenas, grupos de representantes analizan la posibilidad de aplicar sanciones más drásticas.

La idea es que quienes omitan o falseen la información en sus hojas de vida presentada al Jurado Nacional de Elecciones al momento de inscribirse para postular al Parlamento, como en este caso, dicha irregularidad sea incluida como causal de vacancia.

La decisión es oportuna y debe aplicarse sin discriminar a nadie.

Incluso sin aceptar la opinión de los representantes que pertenezcan al mismo partido, pues éstos siempre tratarán de favorecerlo.

Mentir al Jurado Nacional de Elecciones es faltar a la verdad y burlarse del pueblo que confía en la sinceridad y limpieza de los candidatos inscritos.

Los dos centenares y medio de postulantes farsantes y el congresista aludido, deben servir de ejemplo para ser mucho más exigentes en el instante de registrar a quienes intentan conseguir el voto ciudadano.

En este caso los partidos políticos deben asumir el elevado compromiso de escoger conscientemente a personas que, en verdad merezcan, ocupar un cargo y lo hagan con mucha rectitud.

Así lograremos eliminar a los embusteros de la política que tanto daño le ocasionan al país…

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