La muerte de una joven por los excesos de las barras, generó la repulsa nacional. Pero, eso es sólo una parte del delito generalizado existente...
La muerte de una joven contadora por la violencia de las denominadas barras bravas del fútbol, desató el pronunciamiento de todos los estamentos del país.
El propio mandatario de la Nación lamentó el hecho, destacó el gesto de generosidad al donar sus órganos y exigió mano dura para los responsables.
El presidente del Consejo de Ministros, por su parte, planteó frenar los actos extremistas de los causantes del fatal suceso.
Mientras se avanzó en la declaración de los testigos y la captura del chofer y el cobrador del vehículo, una campaña desplegada a través del face book invitó a la realización de una vigilia en homenaje a la víctima.
Simultáneamente, solicitaba al gobierno agotar todos los recursos para detener a los causantes y condenarlos a la pena de muerte.
Y mientras el ministro del Interior comprometía su participación, se presentaba en el Congreso un proyecto de ley contra los barristas.
Hasta allí todo está muy bien. Resulta absurdo, por decir lo menos, que se corte súbitamente la vida de una promisoria profesional y la sanción debe ser lo más drástica posible.
Sin embargo, no debemos olvidar que constituye sólo uno de los múltiples atentados que ocurren a diario contra inocentes ciudadanos que mueren debido a la acción de peligrosos delincuentes.
Tomemos este luctuoso hecho como el punto de partida para trabajar en forma conjunta paraterminar con todo ésto.
Hace mucho tiempo que la población reclama una coordinación de emergencia entre el gobierno, ministerios, congresistas, gobiernos regionales, la misma Iglesia y todos los entes representativos de la colectividad para hacer un frente solidario contra el delito.
Los aislados pedidos de las víctimas que sobrevivieron y sus familiares merecen ser escuchados. Necesitan ser encauzados de la mejor manera. Las autoridades tienen la obligación de hacer eco del llamado.
¿Qué esperamos para unirnos y actuar….?
¿Por qué no se inicia, con carácter urgente, el reempadronamiento de las personas que tienen autorización para portar armas…?
Los medios de comunicación informan constantemente sobre robos, asaltos, atracos, extorsiones y muchas formas delictivas más.
Y ¿Qué actitud asumen las autoridades…? ¿Qué hacemos los ciudadanos…?
¡Despierten…! ¡Olvídense de los colores políticos…! Pensemos que la población está cada vez más desamparada y sólo pide la seguridad que la Constitución establece.
Coordinemos. Unámonos. No dejemos que la delincuencia avance. ¡El momento de actuar es ahora…!
La muerte de una joven contadora por la violencia de las denominadas barras bravas del fútbol, desató el pronunciamiento de todos los estamentos del país.
El propio mandatario de la Nación lamentó el hecho, destacó el gesto de generosidad al donar sus órganos y exigió mano dura para los responsables.
El presidente del Consejo de Ministros, por su parte, planteó frenar los actos extremistas de los causantes del fatal suceso.
Mientras se avanzó en la declaración de los testigos y la captura del chofer y el cobrador del vehículo, una campaña desplegada a través del face book invitó a la realización de una vigilia en homenaje a la víctima.
Simultáneamente, solicitaba al gobierno agotar todos los recursos para detener a los causantes y condenarlos a la pena de muerte.
Y mientras el ministro del Interior comprometía su participación, se presentaba en el Congreso un proyecto de ley contra los barristas.
Hasta allí todo está muy bien. Resulta absurdo, por decir lo menos, que se corte súbitamente la vida de una promisoria profesional y la sanción debe ser lo más drástica posible.
Sin embargo, no debemos olvidar que constituye sólo uno de los múltiples atentados que ocurren a diario contra inocentes ciudadanos que mueren debido a la acción de peligrosos delincuentes.
Tomemos este luctuoso hecho como el punto de partida para trabajar en forma conjunta paraterminar con todo ésto.
Hace mucho tiempo que la población reclama una coordinación de emergencia entre el gobierno, ministerios, congresistas, gobiernos regionales, la misma Iglesia y todos los entes representativos de la colectividad para hacer un frente solidario contra el delito.
Los aislados pedidos de las víctimas que sobrevivieron y sus familiares merecen ser escuchados. Necesitan ser encauzados de la mejor manera. Las autoridades tienen la obligación de hacer eco del llamado.
¿Qué esperamos para unirnos y actuar….?
¿Por qué no se inicia, con carácter urgente, el reempadronamiento de las personas que tienen autorización para portar armas…?
Los medios de comunicación informan constantemente sobre robos, asaltos, atracos, extorsiones y muchas formas delictivas más.
Y ¿Qué actitud asumen las autoridades…? ¿Qué hacemos los ciudadanos…?
¡Despierten…! ¡Olvídense de los colores políticos…! Pensemos que la población está cada vez más desamparada y sólo pide la seguridad que la Constitución establece.
Coordinemos. Unámonos. No dejemos que la delincuencia avance. ¡El momento de actuar es ahora…!
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