martes, 4 de agosto de 2015

HIROSHIMA Y NAGASAKI: ¡UNA LECCIÓN CONTRA LA ADVERSIDAD…!

Hiroshima en la actualidad. Sin rastros de la catástrofe...

Setenta años del fatídico día que las ciudades de Hiroshima, y luego Nagasaki, absurdos blancos civiles, fueron casi borradas del mapa por sendas bombas atómicas, se cumplen mañana.            

Japón era el último reducto de la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos consideró que el mortífero artefacto llevaría a la rendición de ese país.
             
Así fue. Pronto se dio término al conflicto que generó inconmensurables pérdidas humanas, económicas y materiales, entre otras.
            
Obviaremos la muerte, destrucción y desolación de Hiroshima y Nagasaki. El indescriptible dolor y la desgarradora tragedia de las familias que hasta hoy padecen las secuelas de la onda radiactiva como los hibakushya.
            
Trataremos del secreto que permitió a estas ciudades, Tokio y el resto del territorio, renacer de sus cenizas y convertirse en progresistas metrópolis.
             
La explicación está en la esencia del espíritu oriental basado en la dignidad, la responsabilidad, la honestidad, el trabajo solidario y el afán de superación.
             
Igualmente, en el sentimiento innato que ante la desgracia, el fracaso o una caída, existe la necesidad de recuperarse y no volver a ser como antes, sino mucho mejor.
            
Tal vez, el proverbio japonés que resume explícitamente lo dicho es: “Nana korobi, ya oki…” cuyo significado literal dice “Si te caes siete veces, debes levantarte ocho…”
             
No importa en cuántas ocasiones hayas errado o sido rechazado. No crean en ti o te cierren la puerta en la cara. Te levantarás y lo intentarás una y otra vez.
             
Esta máxima es aplicada en Japón en todas las actividades de la vida. El gobierno, la empresa, los negocios, la educación, el deporte y la familia.
             
La propuesta no exige soluciones rápidas e inmediatas. La idea es luchar y perseverar hasta lograr el objetivo
            
Es aquí donde encuentra aplicación otra expresión que se pronuncia lanzando un grito en el instante previo de proponerse una acción.
             
“¡Gambatte…” es la palabra mágica que los impulsa a ser tenaces. Persistir en hacer las cosas bien. Dar lo mejor de uno hasta conseguir el éxito.
            
Es posible que nos parezca extraña la forma de concebir la existencia humana de los japoneses.
             
Pero, esas normas de conducta contribuyen a que sean  metódicos, ordenados, respetuosos, disciplinados y trabajadores.
             
¡Sorpréndase…!. Apenas a diecinueve años de la hecatombe de Hiroshima y Nagasaki. El 1 de octubre de 1964, Japón asombró al mundo con el primer tren bala del planeta.
             
Nueve días más tarde, inauguró los Juegos Olímpicos de Tokio demostrando al orbe sus extraordinarias muestras de recuperación.
             
Simultáneamente, ingresó a la modernidad y desarrolló su espectacular potencial económico considerado por los analistas como un verdadero milagro      .
             
¿Más evidencias para admirar a Japón…? Imposible. Solo saber que para progresar no hay nada que inventar. Basta imitar a los buenos y tratar de ser como ellos.
            
 Aquí tenemos no una, sino. ¡Muchas lecciones de vida contra la adversidad…!

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