viernes, 13 de junio de 2014

¡LA HUELLA QUE ME DEJÓ MI PADRE...!



             
Juan Gálvez Arce, en el acertado lápiz del inolvidable Manlio....

Década del cincuenta. Quien escribe estas líneas era alumno primario en la escuela Enrique Guimaraes, ubicada cerca a la iglesia San Francisco, el corazón de Trujillo.
             
Caminando media cuadra a la derecha, trabajaba mi padre Juan Gálvez Arce. ¿Saben dónde...? En el diario La Industria.
             
Chiquillo aún, apenas sonaba la campana de salida, cruzaba corriendo la calle Gamarra. Solía visitarlo con frecuencia para que me dejara ver, una vez más, aquel “monstruo” gigantesco donde se imprimía el periódico.
             
Nunca terminaba de asombrarme al observar la rotaplana. Esa colosal máquina negra de metal que retumbaba suelo, paredes y techos al funcionar.
            
Tenía a los costados dos enormes ruedas que se movían para hacer circular entre rodillos el papel que procedía de pesadas bobinas importadas desde Canadá. El olor a tinta de imprenta era inconfundible.
             
Lo que más me gustaba ver era cómo salía el producto. Perfectamente doblado y colocado uno sobre otro por dos barritas movibles.
             
Fue mi padre quien, me guió por las distintas oficinas enseñándome sus funciones y secretos. Decenas de personas luchando contra el tiempo con un solo objetivo. Editar el diario. Día a día, germinó en mí esa semilla.
             
Ocurre lo mismo ahora. Con la diferencia que una moderna rotativa y el sistema offset integral ejecutan similar tarea, pero mucho más rápido.
             
La constante presencia en La Industria y cotidiana lectura de sus páginas, dejaron una señal indeleble para lo que sería más tarde. Con todo lo aprendido. ¿Cómo no ser periodista…?
             
Participar con manuscritos en el periódico mural de las aulas del cuarto y quinto año del 280, como también se le llamaba a la escuela,  marca el inicio de mi posterior preferencia.
             
Esa incipiente inclinación adquirió consistencia en el colegio nacional de San Juan del jirón Independencia donde fui miembro activo del Club de Radio  y Periodismo.
            
Hay pruebas. Tres artículos con mi rúbrica en la revista “Retorno” de la Promoción 1961 “Augusto García Llerena”, confirman lo expresado.
             
Al año siguiente, como estudiante de letras en la Universidad Nacional de Trujillo, escribía la columna “Caleidoscopio Universitario” y colaboraba con algunos artículos en La Industria.
             
Ahí no más, pasé a formar parte del equipo de redacción del vice decano de la prensa nacional como redactor principal.
             
Además de ser profesor de secundaria, fui docente de periodismo del Instituto Superior de Periodismo y Relaciones Púbicas “Carlos E. Uceda Meza”.
             
En la década del ochenta me incorporé como miembro de la orden al Colegio de Periodistas del Perú, Consejo Regional de La Libertad, donde actualmente integro el Consejo Directivo.
             
Ahora escribo en la página editorial y deportiva del vespertino Satélite, comento las noticias en el radio periódico Réplica  y publico mi blog Prensa Virtual Trujillo.
             
Todo. Gracias a la honda huella que, en la infancia, me dejó mi padre…           

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