lunes, 10 de febrero de 2014

AUMENTO MINISTERIAL: ¡RECTIFICACIÓN O INICIO DEL FRACASO…!



El presidente y algunos ministros. Ahora, mucho más risueños con los jugosos aumentos...


El pueblo lo recibió como un golpe bajo. Cuando menos lo esperaba. Al descuido. Sorpresivo. Inmisericorde. Traicionero. Que descalifica al autor.
            
Mientras en Trujillo la gente protestaba ante la posible alza de las tarifas de agua y sufre para pagar los recibos de luz y el gas doméstico, el gobierno duplicó el sueldo de los ministros.
             
Este apetitoso incremento fue publicado en el diario oficial con la autorización del ministerio de Economía y la firma del mismo Ollanta Humala.        
             
Según la ley del Servicio Civil, el beneficio incluye, además de los jefes de gabinete, a los vice ministros y los secretarios generales.
            
También a los funcionarios de menos categoría, presidentes regionales, alcaldes y sus respectivos gerentes que suman por cientos.
             
Como para colmar la paciencia de la ciudadanía, obtendrán similar cantidad en fiestas patrias y navidad. Total, catorce sueldos al año.
            
Y usted, amigo lector. ¿Cuánto gana…? ¿Recibe un sueldo completo en navidad y fiestas patrias…?
             
Según sus gestores, la medida busca un “estado eficiente y probo”. ¿Quién lo garantiza…? Y sostienen que los altos funcionarios “ganan poco” en relación con el sector privado. ¿Hay necesidad de compararse con ellos…?
            
Es oportuno precisar que en las empresas particulares quien no rinde es despedido de inmediato. ¿Sucede así en las entidades estatales…?
             
¿Por qué no comparan sus remuneraciones con las de un trabajado promedio…? Ahora, la brecha se ahondará entre la burocracia estatal y la mayoría ciudadana.
             
Se argumenta que es parte de la reforma del estado. ¿Por qué entonces no empezaron con los que menos ganan y más necesitan…?
             
Basta un botón. Existe un grueso sector de trabajadores públicos cesantes y jubilados que recibe sueldos miserables. No se le tuvo en cuenta para nada.
             
Lo curioso es que los favorecidos no hicieron huelga, ni paros. Tampoco formaron piquetes. Ni siquiera pidieron el aumento. Ellos estaban contentos con lo que ganaban. ¿Qué pasó…?
             
Ollanta olvidó su política de inclusión social, convertida ahora en política de división radical de la sociedad peruana, pues él también está incluido en los incrementos. Es parte interesada. ¿Y el pueblo…?
              
Las muestras de descontento, rechazo, indignación y repudio parten de la población, las organizaciones laborales, los partidos políticos y los propios congresistas.
             
Porque se produce cuando las familias padecen el impacto del encarecimiento de los servicios básicos y los productos de primera necesidad.
             
Cuidado con esta clase de decisiones. La Haya ayudó a Humata a recuperar su aprobación. Si no se rectifica, este cuestionado y antipopular dictamen puede enviarlo al hoyo...       

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