Guerrero, su habilidad y coraje no fueron suficientes para lograr la victoria...
No queremos ser pesimistas. Pero, era una obligación ganar en casa. Por eso duele la derrota de Perú ante Colombia por uno a cero en el estadio Nacional.
Es que nos habíamos cifrado tantas esperanzas que parece que ahora empezamos a perderlas.
El equipo nacional jugó un aceptable primer tiempo. Período en que Carrillo desperdició la mejor oportunidad que tuvimos para vencer la valla cafetera.
La duda, inexperiencia o falta de clase, le impidieron convertir y, posiblemente, el marcador final hubiese sido diferente.
Sin embargo así es el fútbol. Un deporte de oportunidades. Si no aprovechas la ocasión, puedes lamentarte para siempre.
En la segunda fracción, un descoordinación de la defensa facilitó el único gol de los visitantes que marcó la diferencia.
Después se repitió lo que ocurrió jugando contra Chile y Ecuador. Un cuadro desconcertado y desordenado en el ataque.
Los cambios nos hicieron perder armadores en el medio campo y se empezó a jugar al pelotazo.
Chiroque empecinado en el dribling improductivo. Ruidíaz no pudo mostrar lo que sabe y Farfán ingresó muy tarde.
Guerrero. Aislado, poco pudo aportar salvo su conocida habilidad y derroche de energía.
Seguimos en el fondo de la tabla y el rival del domingo. Uruguay, está herido con su empate ante Venezuela.
Ojalá se pueda hacer un mejor papel. Aunque aún no logramos librarnos del sinsabor de esta derrota que todo el Perú la sufre….
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