martes, 13 de septiembre de 2011

¡UNA LECCIÓN DE PERIODISMO DE MANUEL JESÚS…!



Manuel Jesús Orbegozo en un afiche de reportaje y periodismo...


La noticia, aquello que fue la pasión de casi toda su existencia, está hoy relacionada con él. Manuel Jesús Orbegozo falleció víctima de una grave dolencia.

Los periodistas liberteños lo sentimos en especial porque nació en Otuzco, bajo el milagroso manto de la Virgen de la Puerta, patrona de la andina ciudad.

Absorbido por la actividad periodística, buscó nuevos horizontes en Lima en pos de un espacio en una de las vetustas salas de redacción de los diarios capitalinos.

Encontró su oportunidad en el desaparecido periódico La Crónica, editado en tamaño tabloide, luego de superar con éxito una prueba

Se quedó allí varios años hasta ingresar a El Comercio, llegando a ser jefe de redacción del recordado vespertino El Comercio Gráfico.

Más tarde asumió la dirección del diario oficial El Peruano, dejando sus enseñanzas durante varias décadas en la Universidad Nacional de San Marcos.

Se trata de un periodista singular. Dueño de un record que difícilmente podrá ser superado por otro colega peruano debido a los países que visitó y los reportajes que escribió.

En ese sugestivo devenir, entrevistó a grandes personalidades mundiales de los más diversos ámbitos.

A pesar de sus ocupaciones, tuvo momentos para escribir varios libros como “Reportajes”, “Conozca La Libertad primero”, “Entrevistas: Hombres y hechos del mundo” y “Entrevistas: Mujeres y hechos del mundo”.

Igualmente: “Marinera e identidad”, “”Periodismo: texto de teoría y práctica”, “Testigo de su tiempo” y “Vallejo periodista”.

Sus discípulos lo recuerdan porque no circunscribió sus enseñanzas a las aulas universitarias. Para él, siempre hubo un lugar donde dialogar.

Tal como refiere el consagrado articulista Enrique Planas a quien le dejó un sabio consejo para los reporteros de todas las generaciones.

Manuel Jesús solía decir que las tres reglas del periodista son: “Ser sensible al detalle, honesto frente a la información y, lo más importante, las palabras son las que brillan, no el ego del reportero…”

Es decir tratar la información con objetividad y describirla tal y conforme a ocurrido. Sin agregar, ni restar absolutamente nada.

Luego, ser imparcial al extremo. Jamás inclinarse en uno u otro sentido. Es el fundamento ético de la noticia y el periodista

Finalmente, estudiar para esmerarse en la redacción Eliminar la arrogancia. Mantener la modestia por sobre todo. Digno de ponerle cuadro…






























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