Primera quincena de diciembre del
2014. Médicos y enfermeras de EsSalud paralizan cuarentaiocho horas exigiendo
un bono de 2,500 soles.
Casi al mismo tiempo paran, durante
dos días a nivel nacional, los trabajadores del Banco de la Nación.
Ambas agrupaciones laborales, cuyas
remuneraciones son considerables,
sostienen que hace dos años el gobierno no los atiende.
Miles de maestros cesantes y
jubilados de la tercera edad, que reciben entre seiscientos y ochocientos soles
al mes, representan la otra cara.
Hace más de diez años sus pagos
fueron congelados. Por su avanzada edad, no tienen ni fuerzas para reclamar y,
peor, nadie lo hace por ellos.
Tienen un cronograma anual de cancelaciones.
Este mes, estaba fijado a partir del
jueves 11. Día que esperaban con inusitado entusiasmo.
Despertaron más temprano que de
costumbre. Vistieron el mejor traje y tomaron su taxi para estar a primera hora
en la puerta del banco.
Otros, los de mayor edad, fueron con un familiar que los acompañaba en su gestión así como para
subir y bajar del auto.
Parecía que la suerte estaba de su
parte porque al ingresar notaron que la cola de la ventanilla especial no era
muy larga.
De repente, la frustración cayó de
golpe. Alguien comentó: “No. Hoy no pagan a los maestros. Quizá mañana o, tal
vez, el lunes…”
Consultas por aquí y por allá y se
confirma la mala noticia. Tanto
prepararse para nada. “Habrá que volver…” comenta uno de ellos, descorazonado.
No es la primera vez que esto
ocurre. Se presenta con relativa frecuencia. Las fechas no se cumplen y los
profesores quedan burlados.
Muchos esperaban el dinero para
adquirir algunas medicinas que no entrega el seguro y curar sus enfermedades. Ese
día no pudieron hacerlo.
Los problemas en cuanto a las
pensiones de los docentes cesantes y jubilados
van mucho más allá de lo que se pueda imaginar. Los gobiernos los ignoran. Están condenados en vida.
Tienen una bonificación llamada FONAHPU
por trescientos soles que reciben dos veces al año.
Ese aporte, lleva colgada una trampa
en el amplio y real sentido de la palabra. Les aumentan veinte soles en enero
de cada año.
Según la norma, con el transcurrir
del tiempo, cuando su sueldo llega a los mil soles, el profesor pierde automáticamente
la totalidad del FONAHPU.
En esa forma, está sellado su
fatídico designio y quedan relegados para
siempre en el fondo de la escala remunerativa nacional.
Esta es la triste historia que
espera a los maestros jubilados peruanos hasta los últimos años de su vida. Ellos son: ¡Los
olvidados eternos…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario