lunes, 11 de agosto de 2014

TRANSPORTE PÚBLICO: ¡HEMOS RETROCEDIDO…!



La imagen es tan objetiva que evita cualquier comentario...

Muy  a nuestro pesar, hay que decirlo. Trujillo, respecto al transporte público de pasajeros, en lugar de avanzar, ha retrocedido.
             
A comienzos de la década del sesenta del siglo pasado, aparecieron las dos primeras líneas para cubrir ese servicio.
             
Pertenecían a la empresa Zarzar que tenía su base de operaciones en la avenida Carrión.
             
Eran flamantes ómnibus. De estreno. Amplios y cómodos. De dos colores definidos e inconfundibles. Azul y verde con blanco.
             
Una línea recorría la ciudad de sur a norte y la otra, de oeste a este. Eran suficientes. El crecimiento demográfico de entonces no exigía más.
             
Cada unidad tenía sobre sus amplias ventanas un timbre o un cordón, según las recomendaciones vigentes.
            
La persona que deseaba bajar, oprimía el botón o jalaba la cuerda una cuadra antes. Sonaba un timbre y el vehículo paraba en la siguiente esquina.
             
Los buses transitaban a una velocidad moderada y los pasajeros recibían un tique como comprobante de haber cancelado.
             
Cada cierto tramo subía un inspector que solicitaba el boleto para verificar el pago y le hacía un pequeño agujero con un instrumento manual.
             
En los años ochenta aparecieron los cómodos buses de ENATRU cuyo servicio era muy similar a la tradicional compañía trujillana.
             
Estas unidades, también modernas,  se detenían  ordenadamente cada dos cuadras para permitir subir y bajar a los usuarios. Fatalmente, duraron poco.
             
Ahora. Cerca de cuarenta años después. En la era del internet y el celular. Contra todo lo imaginado, hemos retrocedido en tan importante rublo.
             
Otras ciudades de Latinoamérica, que en ese entonces eran semejantes a Trujillo, son hoy verdaderas metrópolis. 

Nosotros ni siquiera nos quedamos con lo avanzado. No. Hemos regresado a la época de la carreta.
             
¿No lo creen…? Párense en cualquier intersección de las avenidas España o América y compruébenlo. ¿Qué nos pasó…?
             
Desinterés. Falta de autoridad. Pérdida de los valores. Demasiada migración. O lo que sea. En transporte público estamos en nada.
             
Una de las más graves muestras del caos vehicular en Trujillo es la pésima costumbre de detener los vehículos en cualquier lugar.
             
Y, en el colmo del desprecio a las normas de tránsito y municipales, este riesgoso desatino se realiza hasta en el cruce de dos avenidas.
             
¿Más peligro…? Imposible. ¡Miren la foto…!          

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