"Doodle" que utilizó Google en honor de Pedro Paulet...
La capacidad creativa de los
peruanos nunca ha estado en duda. Existen personajes nacidos en esta tierra
inca cuyo renombre es valorado en el mundo entero.
Es el caso de ingeniero Pedro Paulet
Mostajo considerado como uno de los pioneros de la astronáutica moderna y la
era espacial.
Nació en Arequipa el 2 de julio de
1874. Se cumplen ciento cuarenta años de su natalicio.
Inquieto y sagaz. Desde pequeño se
sintió atraído por el enigma de los elementos y seres vivientes de la
naturaleza.
Entre las especies marinas, siempre
quedó admirado al observar la potencia contraria de desplazamiento del calamar.
Dicha contemplación lo condujo a
diseñar y construir un motor que fue la base de la fuerza explosiva de la
retropropulsión de los cohetes espaciales.
Tenía solo veintiún años cuando, en
base a sus investigaciones y estudios, inventó el avión-torpedo que prefirió
denominar “auto-bólido”.
Era una nave espacial en forma de
punta de lanza con cabinas especiales para la tripulación.
La parte externa estaba revestida
con capas metálicas de material resistente a las condiciones propias del
espacio sideral.
Sus trabajos estuvieron tan bien
confeccionados que en 1902 el físico matemático ruso Konstantín Tsiolkovsky,
uno de los gestores de la astronáutica, diseñó una nave a retropropulsión
basándose en sus trabajos.
Robert Goddard, profesor
norteamericano, en 1912 y Hermann
Oberth, científico alemán, en 1923, perfeccionaron los motores experimentales
tomando como modelo los conceptos del peruano.
Por su parte, el científico
Werner von Braun, director de la NASA y
gestor del primer viaje a la Luna,
reconoció el importante aporte de Paulet.
En su libro “Historia Mundial de la
Astronáutica” recuerda que Pedro experimentó en un pequeño motor de dos kilos y
medio y logró obtener un centenar de kilos de fuerza.
Enseguida escribe: “Por
ese hecho, Paulet debe ser considerado como el pionero del motor a propulsión
con combustible líquido…”
A pesar de su sorprendente ingenio y
envidiable prestigio internacional, el Perú aún está en deuda con Pedro Paulet.
Su pasión por la investigación y
contribución a la humanidad, merecen el conocimiento de las nuevas generaciones
para seguir su invalorable ejemplo…
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