martes, 1 de julio de 2014

¡UN PERUANO PIONERO DE LA ERA ESPACIAL…!



"Doodle" que utilizó Google en honor de Pedro Paulet...
           
La capacidad creativa de los peruanos nunca ha estado en duda. Existen personajes nacidos en esta tierra inca cuyo renombre es valorado en el mundo entero.
             
Es el caso de ingeniero Pedro Paulet Mostajo considerado como uno de los pioneros de la astronáutica moderna y la era espacial.
             
Nació en Arequipa el 2 de julio de 1874. Se cumplen ciento cuarenta años de su natalicio.
             
Inquieto y sagaz. Desde pequeño se sintió atraído por el enigma de los elementos y seres vivientes de la naturaleza.
            
Entre las especies marinas, siempre quedó admirado al observar la potencia contraria de desplazamiento del calamar.
             
Dicha contemplación lo condujo a diseñar y construir un motor que fue la base de la fuerza explosiva de la retropropulsión de los cohetes espaciales.
            
Tenía solo veintiún años cuando, en base a sus investigaciones y estudios, inventó el avión-torpedo que prefirió denominar “auto-bólido”.
             
Era una nave espacial en forma de punta de lanza con cabinas especiales para la tripulación.
             
La parte externa estaba revestida con capas metálicas de material resistente a las condiciones propias del espacio sideral.
             
Sus trabajos estuvieron tan bien confeccionados que en 1902 el físico matemático ruso Konstantín Tsiolkovsky, uno de los gestores de la astronáutica, diseñó una nave a retropropulsión basándose en sus trabajos.
             
Robert Goddard, profesor norteamericano, en 1912  y Hermann Oberth, científico alemán, en 1923, perfeccionaron los motores experimentales tomando como modelo los conceptos del peruano.
             
Por su parte, el científico Werner  von Braun, director de la NASA y gestor del primer viaje a  la Luna, reconoció el importante aporte de Paulet.
             
En su libro “Historia Mundial de la Astronáutica” recuerda que Pedro experimentó en un pequeño motor de dos kilos y medio y logró obtener un centenar de kilos de fuerza.
             
Enseguida escribe: “Por ese hecho, Paulet debe ser considerado como el pionero del motor a propulsión con combustible líquido…”
            
A pesar de su sorprendente ingenio y envidiable prestigio internacional, el Perú aún está en deuda con Pedro Paulet.
             
Su pasión por la investigación y contribución a la humanidad, merecen el conocimiento de las nuevas generaciones para seguir su invalorable ejemplo…         

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