Antiguo local del tradicional colegio San Juan donde nuestros juveniles sueños se forjaron...
“Ha llegado el instante más triste de
nuestra vida estudiantil… Ha llegado el momento de despedirnos de San Juan, de
nuestros compañeros, de nuestros profesores... Ha llegado el momento de
partir...”
Esas simples frases, llenas de
sentimiento y melancolía, creadas en el calor de nuestros sueños juveniles, brotaron
en las aulas del colegio. Así empieza y termina la lectura de un artículo
“Nos vamos, pero queda nuestro espíritu…” es
su título y fue escrito por el autor de esta nota.
Tenía dieciséis años. Faltaban unas
cuantas semanas para abandonar los viejos salones del colegio San Juan del
jirón Independencia.
Nos dijeron que debíamos escribir
para la revista “Retorno”. Llamada así porque recordaba el regreso del plantel
a su antiguo local.
Por algunos años, pasó a formar
parte de la Gran Unidad Escolar que estrenaba moderno edificio frente al óvalo
Grau.
Se impuso la tradición y la
historia. Volvimos al centro de la ciudad. Y, con nosotros, nuestros
profesores.
Y. ¡Qué profesores…! Augusto García
Llerena, Rafael Narváez Cadenillas, Yeconías Culquichicón Gómez, Miguel Vega
Castro, Javier Castillo Angulo, Adolfo
Alva Lescano, Jorge Laredo Villachica, Ademar Villegas Zavaleta, Máximo Vílchez
Gamboa, Teodoro Rivero Ayllón y otros.
Así como ocurrió con Narváez, los
demás deberían ser también los nombres de otros centros educativos de la Región.
Lo que es la vida. Con la mayoría de
ellos nos volvimos a encontrar en la facultad de Letras y Educación de la
Universidad Nacional de Trujillo.
En esa época no se marcaba tarjeta
en la UNT. Mucho menos, había registro electrónico de la huella digital. No era
necesario.
Su responsabilidad, compromiso, honestidad y calidad humana, garantizaban la asistencia
a clase. Nunca faltaban. ¿Cómo olvidar a San Juan…?
Al “Mono” Lorenzo Rodríguez, al
“Gato” Oscar Fernández, al “Chino” Lorenzo Kcomt, a “Tin Tan” Santiago Gonzales, al “Orador” Miguel Lanza, al
“Chato” Walter Méndez y al “Negro” Maglio Balarezo que nos lee desde el cielo y
muchos, muchos más.
¿Cómo olvidar el “motazo” que casi
le cae en la nuca al cura que, ardiendo de cólera, volteó para castigarnos a
todos por no delatar al culpable…?
O cuando venía desde atrás el
“teacher”. Nos tomaba de los pelos y removía hasta los sesos haciendo círculos
con nuestra cabeza por no saber conjugar los pronombres en inglés.
Claro que hoy no se puede tocar al
alumno ni con el pétalo de una rosa. Está bien. Sin embargo, fue para nuestro
bien.
Tristes. Con la promesa de volvernos
a ver, nos fuimos de San Juan. Y cuando, cualquier día nublado y sin Sol, el
Señor nos recoja, sabremos que allí se quedó nuestro espíritu…Para siempre…
1 comentario:
Buenas tardes amigo Freddy Galvez Delgado. Mi nombre es Fernando Panitz y soy de la Promo 1964 "Nélson Vásquez Albites del C. N. San Juan de Trujillo. Muy grato encontrar y leer tu escrito. Disfruté mucho con tu referencia al Chato Villegas y su original castigo. Gracias y felicitaciones
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