Plana docente del colegio nacional Inca Garcilaso de la Vega de Chiclín en 1969...
A poco más de media hora al norte de
Trujillo. En el costado izquierdo de la Panamericana, está ubicado el cálido
pueblo de Chiclín.
Surgió como una hacienda. Después
fue cooperativa. El 1966 se creó el ahora emblemático colegio nacional Inca
Garcilaso de la Vega.
Al año siguiente, apenas nos
despedimos de las aulas de la Universidad
Nacional de Trujillo, la labor
docente nos condujo a esta acogedora población.
José del Carmen Jiménez Briones era
el director. Serio, enérgico e
inflexible, como los maestros de antaño.
Razones de trabajo motivaron que nos
dejara y llegó Manuel Becerra Santa Cruz, quien siguió el camino emprendido por
su antecesor.
Nuestra labor pedagógica se cumplía
mañana y tarde. La plana docente y administrativa almorzaba en la casa de la
señora Palma. Tenía tal sazón que terminábamos lamiéndonos los dedos..
Basta decir que allí tenían pensión
los jugadores del Alfonso Ugarte en la época que fue indiscutible campeón de la
Copa Perú.
Por las tardes, antes de regresar al
plantel, recorríamos sus calles con nombres de ciudades y países. Así conocimos
la plaza Cristo Rey, el teatro Patria y la extensa avenida Gran Vía.
También el museo arqueológico Larco
Herrera, el parque de la locomotora a vapor,
la piscina sede de grandes actividades y el templo donde se venera al Señor de
la Caña.
Existen varias versiones sobre el origen del culto que se rinde en
junio a esta milagrosa efigie. Una de ellas sostiene que fue hallada en un
cuartel de caña que no pudo quemarse.
Hace treintaidós años fue instaurada
como patrón del lugar y Salamanca. Se creó la hermandad y la conducción
parroquial entregada a los padres Carmelitas de Chocope.
Desde entonces, la festividad se convirtió
en una tradición con participación de toda la población y localidades cercanas.
Cientos de chiclinenses retornan desde
distintos lugares para confundirse en
abrazos, brindis y diálogos interminables.
Con motivo de esta fiesta religiosa
va el saludo a la hermandad que tiene entre sus dirigentes a Américo Peña Pérez
e Isabel Carrascal Arancibia a lado de otros inolvidables ex alumnos del Inca Garcilaso
de la Vega.
Igualmente, a quienes con su trabajo honesto y permanente
contribuyen a que Chiclín se enrumbe cada día por el anhelado camino del
progreso…
No hay comentarios:
Publicar un comentario