Quinteros supera a Carvallo y anota el gol de Vallejo....
Pocas veces, como anoche, la
Universidad César Vallejo estuvo tan cerca de la victoria y solo igualó.
Apenas logró un triste empate con
Universitario por una razón muy simple. Le faltó más alegría, entusiasmo, garra
y corazón.
Quienes estuvimos en el estadio
Mansiche observamos a un equipo sin la esencia que deben lucir los jugadores de
fútbol. Agresividad.
Los partidos se ganan con goles y si
antes de los quince del primer tiempo se imponían por uno a cero, no se explica
por qué no siguieron al mismo ritmo.
Están encima de un adversario
aturdido por el tanto en contra, entonces hay que salir para adelante. Convertir
más goles. Arrasar.
Eso no sucedió con la UCV. Se encerró
en su propia cancha y permitió la reacción de los cremas.
Por suerte la juventud y mal momento por el
que atraviesa el elenco capitalino no le permitió inquietar la valla local con
mayor peligro.
En los últimos cinco minutos de esta
fracción fue expulsado Gómez por jugada desleal contra Ciucci.
Ya con diez, en un ataque visitante
se produce una acción polémica entre Libman y Ruidíaz y el juez cobra el penal
que dio la igualdad.
Con el marcador parejo, pero con un
jugador más, los “poetas” no demostraron su superioridad.
Solo en los últimos quince, luego
del cambio de memoria de Chávez por Tejada, quien no anota desde hace varias
jornadas, Vallejo se fue al ataque.
Sin embargo, ya era tarde. La U se
replegó y ubicó a cuatro fijos en la retaguardia para rechazar como sea.
Como era de esperar, Carvallo se convirtió
en el mejor jugador del match atajando de todo.
Así se consolidó el empate que fue
recibido por el club estudiantil con abrazos de sus integrantes.
Los “poetas” salieron del campo
cabizbajos. Conscientes que pudieron hacer mucho más y que solo lograron un
punto por falta de garra y corazón…
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