El periodista Elder Lázaro en compañía de su madre Mercedes...
“Para los ojos de nuestras madres,
aunque seamos adultos, jamás
dejamos de ser niños…”
(Cronos)
Llegamos hasta tu casa. Muchos amigos estuvimos junto a ti para verte sonreír una vez más con la distinción que te otorgó el Colegio de Periodistas de La Libertad la semana pasada.
La Medalla de Oro por tu contribución al deporte y la alta denominación de Amauta de Periodismo Deportivo por todas las cosas buenas que hiciste en beneficio de las diferentes disciplinas. Un verdadero acierto.
Logramos nuestro objetivo. Te vimos sonriente. Comprobamos que, a pesar de todo, estabas contento.
Breves discursos, Felicitaciones y abrazos. Luego, las infaltables fotos. Muchos llevaron sus cámaras. Incluyendo el decano, aunque luego comprobó que estaba descargada.
En su momento, agradeciste las distinciones y .a los ejecutivos de nuestra Empresa Editora La Industria por su permanente apoyo para viajar por el Perú y varios países en cumplimiento de la labor informativa.
Eso te permitió escribir con detalles las incidencias de los diferentes eventos deportivos que lograste cubrir con tu inconfundible estilo. ¿Recuerdas cuando nos hablabas del imponente estadio de Maracaná en Brasil…?
Sin embargo, en la agradable reunión que tuvimos en el seno de tu hogar hubo una escena contagiada de ternura que quedó perennizada en la retina de quienes te visitamos.
Tu adorada madre Mercedes en todo instante estuvo a tu lado. Te tenía de la mano. No te soltó para nada. Nunca estuviste solo. ¿Lo notaste…?
Nosotros cambien. Su entrañable presencia quedó impregnada para siempre en las fotos que se tomaron ese día.
Por eso, cuando me acerqué a saludarte aproveché para aconsejarte tener muchas fuerzas. Mirar adelante por ti y, especialmente, por Mamá Mercedes.
Tu tierna madrecita, cuya mirada profunda nos evocó a la nuestra a quienes ya no tenemos el celestial privilegio de gozar su inolvidable presencia.
Hoy, en vísperas de la conmemoración universal dedicada a la madre, el mejor regalo que puedes hacerle es prometer que continuarás luchando para estar juntos.
Cumple las indicaciones de los especialistas y como tú mismo lo ofreciste, sigue produciendo. Todavía tienes mucho que contar a las nuevas generaciones.
Tú sabes que a nosotros los periodistas, escribir es lo único que nos satisface. Es la savia que alimenta el espíritu y nutre nuestra existencia. .
Elder. Cúrate. Vive por ti y por tu adorable progenitora. Aquella cuya dulce sonrisa no te abandonó ni un momento esa cálida y acogedora tarde de abril…
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