jueves, 14 de noviembre de 2013

¡LA MÁQUINA QUE SE RESISTE A MORIR…!



La máquina de escribir perdió vigencia hace varios años. Pero, en una calle de Trujillo, Perú, se sigue utilizando...

El descomunal adelanto tecnológico de la humanidad, aunque no vaya de la mano con el desarrollo espiritual del hombre, ha superado la imaginación.
             
La muestra más clara está evidenciada por la aparición del celular y la computadora. Por mencionar solo dos casos.
             
El bendito teléfono móvil se ha convertido en el principal aditamento de las personas en todo el mundo.
             
Casi nadie se resiste a salir de su casa sin estar seguro de llevarlo consigo. Forma parte de su vida. O, es su vida.
            
Y no solo en el bolsillo. Sino más aún, en la propia mano derecha. Aquella que utilizamos para el menor movimiento.
            
Por eso, es habitual ver al joven que aprisiona el celular más fuerte que la mano de su pareja, mientras goza hablando con otra persona.
             
El liviano y multifacético ordenador y su aliado el internet, no se queda atrás. Está en todas las dependencias y oficinas.
             
Su disco duro contiene la historia de la empresa o institución cualquiera. Con el más mínimo de los detalles. Nada falta.
             
Aún más, se puede acceder a esos datos con un clic en apenas un instante y hasta darse el gusto de tenerlo impreso de inmediato.
             
Qué decir de los mensajes y fotos que pueden enviarse y recibirse en segundos desde el lugar más recóndito del planeta.
             
Justamente la computadora desplazó a la tradicional y ya olvidada máquina de escribir.
             
Aquel enorme y pesado aparato de teclas en escalera y letras con bastones móviles que pasando sobre una cinta enrollada impregnaban el escrito en un papel que giraba sobre un rodillo.
             
Es probable que muchos niños de hoy, no la conozcan.   Hace mucho desaparecieron del mercado. Peor, no se venden en los centros comerciales.
             
No obstante, en Trujillo una de las más importantes ciudades del Perú, aún se utilizan las máquinas de escribir.
             
En plena calle. En la cuadra cuatro de Gamarra, a espaldas de la plaza de Armas, todas las mañanas dos hombres las usan provistos de una silla y una mesa.
             
Ellos ofrecen el servicio de escritura de documentos al paso para quien lo necesite con urgencia.
              
Cobran unos cuantos soles por su trabajo y consideran que tendrán ocupación mientras haya gente que los requiera.
             
Es la máquina de escribir que perdió vigencia en el resto del mundo hace años pero, en Trujillo, se resiste a morir…       

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