Congreso peruano de bajísima aprobación popular. Algunos de sus miembros insisten en volver a la bicameralidad...
Informaba un programa radial sobre
el arribo a Trujillo de la comisión de constitución del Congreso para tratar
sobre la bicameralidad, en la Universidad Nacional, cuando se escuchó una
llamada telefónica.
Tal como se estila, la línea fue abierta y salió al aire la opinión de un ama de casa diciendo:
En lugar de enviar comisiones para tratar sobre aspectos que sólo les interesa a los políticos, deben llegar otras para comprobar las pésimas condiciones como se atiende en los hospitales de la zona.
Siguió una voz varonil que hizo lo mismo aludiendo al grave problema de la inseguridad que hasta el momento no encuentra un pronunciamiento decidido y radical de parte del presidente, ministros, ni congresistas.
Las palabras de quienes participaron en el programa resumen algunas necesidades de la población. No solo de la región, sino del país entero.
Un ejemplo evidente que aspectos que no están dirigidos a brindar seguridad y el bienestar de las mayorías, carecen por completo de interés para la ciudadanía.
Ese desinterés genera el descontento y la falta de confianza en las autoridades. Lo que es riesgoso porque remece las bases del sistema democrático.
Respecto a la bicameralidad, se trata de un tema recurrente rechazado cada vez que fue debatido en el hemiciclo.
Lo cierto es que intereses particulares de conocidas y desgastadas personas, acostumbradas a vivir de la política, porfían en lo mismo.
Toman como pretexto que la cámara de senadores se encargará de “revisar” las leyes que aprueba el actual parlamento, aceptando limitaciones que nunca deben presentarse.
En todo caso, la solución está en elegir una comisión especial que se dedique a esta “dificilísima” labor.
Y si persisten en su terquedad, dividan el Congreso en dos mitades y listo. No requerirán ni siquiera de un sol más del oneroso presupuesto que utilizan.
Ya tienen bastante con ciento treinta curules de las cuales quienes trabajan no llegan siquiera los cincuenta.
Por que es muy fácil pedir, proponer y aprobar sabiendo que las remuneraciones saldrán siempre de las arcas fiscales.
Si les sobra el tiempo, dedíquense a atender lo que el pueblo les pide.
No olviden que gracias a él, ustedes gozan de privilegios que son una utopía para nosotros…
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