martes, 11 de agosto de 2015

POLÍTICOS: ¿POR QUÉ NO SON TRANSPARENTES…?

 Alan García. Alejandro Toledo y Nadine Heredia. Identificados en evitar ser investigados...
             
A solo unos meses del proceso electoral que encumbrará al nuevo presidente del Perú, hay curtidos políticos que son investigados por diversas  razones.
             
Por coincidencia, dos ex presidentes que ansían paladear una vez más el codiciado goce de los beneficios palaciegos, figuran entre ellos.
             
Involucrados en comprometedoras situaciones legales que la ciudadanía exige conocer, utilizan los últimos mecanismos que la justicia les faculta para impedirlo.
             
La historia empezó con Ollanta Humala cuando en abril del 2008, presentó un hábeas corpus y fue excluido del proceso por el “andahuaylazo”.
             
Siguió Alan García quien, en junio del 2013, acudió a una acción de amparo contra la megacomisión. Un juez constitucional declaró fundada la medida y anuló parcialmente la indagación.
             
Un año antes, el mismo líder aprista declaró que no se defendía “con recursos de amparo, ni con llantos…”
            
Con esos “exitosos” antecedentes, en setiembre del 2013, Alejandro Toledo, presentó un hábeas corpus contra la comisión de fiscalización que lo investigaba por el caso Ecoteva que fue rechazado al año siguiente.
     
Hasta el momento, el jefe de la chacana, obsesionado en que no se llegue a la supuesta verdad, tiene tres hábeas corpus rechazados. Su defensa no se rinde. Estudia una cuarta.
             
Demostrando ser una aplicada alumna de su esposo, Alan y Alejandro, en febrero pasado, Nadine Hereda recurrió al hábeas corpus para archivar la investigación preliminar que le abrió la fiscalía por presunto lavado de activos.
             
Conste que en abril del 2014, la primera dama criticó a García por haber movido “sus tentáculos en el poder Judicial”.
             
Pero allí no queda todo. Antes de fiestas patrias, ella recurrió a una acción de amparo ante el Segundo Juzgado Constitucional de Lima para ser excluida de la comisión Belaunde Lossio.
             
El fin de semana, el poder Judicial declaró inadmisible dicho documento aunque ha otorgado plazos para precisar algunos aspectos que “brinden información adicional” para una mejor calificación.
             
¿Cuál es la conclusión de todo esto…? Simple. Que los políticos peruanos huyen de las averiguaciones en su contra. No desean que se indague sobre sus actos en el pasado.
             
En principio. Si una persona es acusada por algo que no cometió, la acción, inmediata e instintiva, es colaborar y solicitar que se le investigue.
             
Basada su inocencia, la pone por delante como escudo y se defiende. Facilita las pesquisas en reguardo de su honor y dignidad.
             
No sucede lo mismo con los políticos mencionados quienes, como felinos, tratan de ocultar con tierra los supuestos errores.
             
Es posible que, al final, la justicia los favorezca, pero quedará en el espíritu ciudadano la amarga sensación que algo faltó y se sentirá frustrado.
             
El Perú necesita políticos trabajadores, honestos y transparentes. Que no doblen la mirada al costado cuando deben mirar al frente y enseñen las manos limpias cuando se les pida cuentas…

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