El ministro Daniel Urresti, el día que entregó patrulleros e hizo importantes anuncios para Trujillo y La Libertad...
“El que no hace nada,
nunca se equivoca….”
(Anónimo)
Estuvo el último fin de
semana en Trujillo. Fue la primera vez que se presentó ante la ciudadanía. En
público. Y, aunque hubo poca gente,
recibió aplausos.
Es Daniel Urresti Elera. El actual
ministro del Interior. Difícil despacho por el que han pasado, sin trascender
en lo mínimo, media docena de jefes de cartera.
Con una apretada gorrita, un chaleco
de la Policía Nacional y un dinamismo digno de imitar, se ha ganado un espacio
en el sentimiento de los peruanos.
Urresti es un ejecutivo. Aparente
para un pueblo que está cansado de promesas incumplidas. De ofrecimientos
vacíos. De palabras que se las lleva el viento.
Frente al permanente reclamo de las
autoridades liberteñas por la inseguridad ciudadana, un viernes se reunió con
todas ellas para escucharlas.
Alguien dijo que la Región
necesitaba mil policías para reforzar a los efectivos existentes. Otro, solicitó
patrulleros y así sucesivamente. El ministro apuntó y prometió volver.
Antes que se cumpliera la semana,
estaba en la plaza de Armas entregando las treintaiséis unidades móviles que
había anotado en su libreta.
En noviembre llegará el millar de
policías que invocamos desde hace tiempo y el año entrante mil más, aparte de
la construcción de quince comisarías.
Y, lo más importante. Prometió que Trujillo,
dentro de un año, dejará de ser considerada una de las ciudades más violentas
del país.
¿Qué hizo para satisfacer el reclamo
popular…? Tal vez nunca lo sabremos. Lo cierto es que lo que ofreció Urresti
hasta ahora, lo ha cumplido.
Aprovechó su discurso para solicitar
la identificación del poder Judicial y el ministerio Público, en el logro de la
paz que tanto anhela el pueblo.
Se concretará a plenitud cuando se
modifiquen las leyes que privilegian al infractor antes que al honesto ciudadano.
¡Cámbienlas
de una vez…!
Hace poco, en una acción contra el
narcotráfico, se dice que el ministro denunció el hallazgo de cocaína que
resultó siendo yeso.
Con el mismo afán de combatir la
delincuencia, quiere suspender la licencia para el uso de armas fuego y
eliminar las lunas oscuras de los autos.
Fue suficiente. Todos se le fueron
encima. Al extremo que los congresistas de cinco bancadas han presentado una
moción para interpelarlo.
Confiamos que saldrá bien librado de esta
avalancha. Porque en el Perú es común que
los que nunca hacen nada, siempre critiquen a quien más trabaja…
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