Antanas Mockus y César Acuña, alcalde de Trujillo, en uno de los eventos con motivo de la semana jubilar de nuestra ciudad...
La presencia de Antanas Mockus, quien fue dos veces alcalde Bogotá, capital de Colombia, como ponente del Seminario Internacional organizado en Trujillo por la AMPE, generó gran expectativa.
Y concurrir a su exposición fue un acierto. Como buen matemático, no perdió tiempo en tópicos intrascendentes.
Fue directo al tema. Utilizó palabras sencillas para no dar lugar a dudas, malas interpretaciones, ni preguntas sobre lo que dijo.
Más que una conferencia, su intervención fue una clase o lección magistral digna de ser asimilada por los burgomaestres que asistieron al evento.
Manifestó que la clave para lograr un buen plan de gobierno municipal es la relación permanente entre la autoridad edil y la ciudadanía.
Destacó la importancia del poder de la comunicación vertical en ambos sentidos. De arriba abajo y viceversa.
Para el efecto, deben crearse canales con la finalidad de escuchar al pueblo, pues es la única manera de saber lo que anhela.
Aconsejó a los alcaldes rendir cuentas a la ciudadanía cada cierto tiempo, pues es una forma de evaluar como avanza su gestión.
En ese sentido, refirió que las autoridades deben saber escuchar las críticas y extraer el mejor provecho de ellas, por incómodas que sean.
Completó sus expresiones indicando que quien debe evaluar a los gobernantes es el pueblo y no uno mismo, ni su entorno.
Agregó que una forma de creer en los gobernantes es mediante la autorregulación de su responsabilidad y la toma de conciencia de la población.
Respecto a la administración de los ingresos sostuvo que el dinero público es sagrado y debe emplearse con suma transparencia y austeridad.
Esa es el requisito para que la gente tenga total confianza en quienes la gobiernan.
Entre otros aspectos, afirmó que no debe dejarse de lado en ningún momento el valor y respeto que se merece la comunidad.
Términos claros y precisos. Mucho de lo revelado, no es nada nuevo. Es lo que siempre exige el pueblo. Pero, esta vez, quedará como una lección para aprender y no olvidar nunca…
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